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Mary Weiss, la voz de la angustia teenager

Mary Weiss (a la derecha), con The Shangri-Las

El pasado 19 de enero fallecía a los 75 años la que fuera voz solista de The Shangri-Las, una de las bandas de chicas más populares de los sesenta. Es un motivo más que justificado para recordar su regreso en 2007 con Dangerous Game, su álbum de debut como solista tras décadas alejada del negocio musical.

En la primera década del siglo XXI, tarde o temprano tenía que pasar. Primero, con el éxito de artistas como Amy Winehouse (1983-2011), con su reivindicación del pop de girl groups de los años sesenta. Y luego, con la vuelta de alguna de las veteranas, como la mismísima Ronnie Spector (1943-2022) de The Ronettes. 

En estas circunstancias, el regreso de Mary Weiss (nacida el 28 de diciembre de 1948 en Nueva York), la líder de The Shangri-Las –cuya formación completaban su hermana Betty y las gemelas Marge y Mary Ann Ganser–, estaba más que cantado… aunque no como uno se podía imaginar.

Y es que la vocalista que triunfó con su grupo con sus himnos de melodramas adolescentes y con hits como Remember (Walking in the Sand), Leader of the Pack, Give Him A Great Big Kiss –los tres en 1964–, Out In The Streets y I Can Never Go Home Anymore –ambos en 1965– llevaba alejada del mundillo musical cuatro décadas. 

Tras la separación de las Shangri-Las en 1968 y en plena juventud, desilusionada con la industria discográfica, Mary desapareció para trabajar en una empresa de arquitectura y en el diseño de interiores, y en 2007 regresó con su debut en solitario, Dangerous Game.

Portada de su regreso en 2007

Para acompañarla en su retorno, la cantante neoyorquina contó con el respaldo del grupo de Memphis Reigning Sound –liderado por la leyenda del blues-punk y garage rock Greg Cartwright (de Compulsive Gamblers y Oblivians)–, una formación que combinaba el rock de garaje con la intensidad del soul.

Cartwright coprodujo y escribió nueve de las catorce canciones del álbum. Y ahí estaba la clave del acierto de Dangerous Game. En lugar de recurrir a producciones lujosas y pulidas al estilo de Phil Spector, Weiss se apoyaba en un sonido garagero, descuidado y sucio, sin adornos superficiales.

Eso no quitaba que muchas de las canciones evocaran el pop de chicas, pero sin la solemnidad spectorianaMy Heart Is Beating, Nobody Knows (But I Do), Stop and Think It Over y You’re Never Gonna See Me Cry–, y que incluso introdujera cuerdas en baladas como Break It One More Time. El lado más salvaje y guitarrero aparecía en Don’t Come Back y la bailable Tell Me What You Want Me to Do

Mary Weiss podría haber optado por un regreso revivalista en toda regla, con un sonido mimético de su época dorada. En lugar de eso, prefirió algo más crudo y acorde con la actualidad, donde solo había una concesión, la versión del Heaven Only Knows que ya había interpretado con las Shangri-Las en su segundo álbum, Shangri-Las-65! (1965).

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