
Escuchar al guitarrista y cantante californiano supone una inmersión en toda regla en el blues dorado de Chicago de décadas pasadas. Con motivo de su próximo (y único) concierto en Madrid, recordamos uno de sus álbumes más interesantes, The Chill (2000).
Rusty Zinn (Long Beach, 1970) descubrió el rhythm’n’blues clásico a través de la colección de singles de su madre, que incluía rarezas de Fats Domino y Elvis Presley. Más tarde, a los 15 años, su hermano trajo a casa discos de Muddy Waters y Howlin’ Wolf, artistas que rápidamente se convirtieron en una revelación para el joven.
A los 17 cogió su primera guitarra, fascinado por Eddie Taylor, Robert Jr. Lockwood, Jimmy Rogers y, sobre todo, por Luther Tucker. Un golpe del destino hizo que este lo invitara a participar en una jam: impresionado por el entusiasmo y la intensidad de Zinn, le enseñó técnicas de guitarra y lo enroló en su banda.
Rusty pronto se ganó un nombre tocando en bandas de la bahía de San Francisco, y acompañó a Jimmy Rogers, Snooky Pryor y Mark Humel, entre otros. En el San Francisco Blues Festival de 1992 conoció a Kim Wilson, quien lo invitó a colaborar en su debut en solitario, Tigerman (1993), y le pidió que se uniera a su grupo, junto a Larry Taylor, Richard Innes, Junior Watson y Gene Taylor.
Además, lo ayudó a conseguir un contrato discográfico en el sello Black Top. Sittin’ & Waitin’ (1996) fue su estreno, producido por Wilson, quien también aportaba voz y armónica. Ese año, Zinn fue nominado como Mejor nuevo artista de blues en los premios W. C. Handy. Después publicaría Confessin’ (1999).

En su tercer álbum, The Chill (2000), editado por Alligator, el guitarrista y cantante californiano, respaldado por una banda que incluía a Bob Welsh (piano y guitarra rítmica), Randy Bermudes (bajo), y los baterías Richard Innes y Paul Revelli, seguía con su inmersión en el blues de Chicago de los años cincuenta y sesenta.
Prueba de ello eran sus versiones: el vibrante Just Like A Fish de Magic Sam; el sensual y jazzístico Meet Me Halfway (con saxo de John Firman y un solo cercano al rock’n’roll) de Arbee Stidham, y el rock’n’roll de Johnny Guitar Watson Looking Back.
También el tabernario Moonlight Blues de John Brim (con destacada participación de guitarra slide a cargo de Elvin Bishop), y el Fallin’ Rain de su mentor Luther Tucker, que le permitía exhibirse como guitarrista estilista y de sonido tradicional.
Sus composiciones propias (muchas de ellas coescritas con Rick Estrin, de Little Charlie & The Nightcats) eran también muy estimables, y no se empequeñecían al lado de los clásicos: She’s Got Style, con su piano boogie y el coro que respondía, estaba más cerca del rock’n’roll e incluso del twist, y The Big Eye y Drinking My Last Dime eran trotones rhythm’n’blues.
En la balada de sonido más soul Ladies Choice (escrita por Estrin), se lucía como cantante, con Jimmy Pugh al órgano, y el sensual Dying On The Vine se enriquecía con un curioso tratamiento rítmico que conducía todo el tema.

The Chill era un rhythm’n’blues de pulsación funk, con una estructura similar a The Thrill Is Gone, y I Played The Game era un slow compuesto por Ronnie James Weber (también de The Nightcats), con contrabajo acústico y un piano magnífico.
A pesar de su juventud (30 años cuando grabó el disco), de su guitarra en ocasiones incendiaria y de su voz cercana al soul, Rusty Zinn distaba mucho de ser otro émulo cualquiera de la escuela de blues texano de Stevie Ray Vaughan. Por eso, fue descrito con frases como «un joven guitarrista que es una pieza del futuro del blues».
Al margen del blues, el californiano es un apasionado del reggae, y es una estrella de ese género en países como Brasil, donde reside actualmente. Con ese sonido ha grabado los álbumes ReggaeBlue (2007), Manifestation (2009) y The Reggae Soul of Rusty Zinn (2015). Su largo más reciente como bluesman es Mr. Blues, Mr. Blues (2022), firmado junto con el cantante y armonicista Martin Lang.
Rusty Zinn actuará el 24 de abril en Madrid, en el Café Berlín, dentro del ciclo Uptown Rhythm&Blues Masters. En formato de trío, estará acompañado por Dirk Van Der Linden (órgano) y Marc Tee (batería y voz).
El mismo ciclo acogerá el 1 de mayo el concierto de otro brillante guitarrista norteamericano, Duke Robillard, quien se define a sí mismo como un “historiador y erudito”, experto en blues acústico y eléctrico, jazz, jump y swing. También tocará el 30 de abril en Sevilla (Assejazz). Su disco más reciente es Six Strings Of Steel (2023).
