Es uno de los bluesmen norteamericanos surgidos en los ochenta más interesantes, con una larga discografía que incluye más de una veintena de álbumes. A principios de julio presentará el más reciente, Weight Of The World (2023), en varios festivales españoles.
La irrupción de Robert Cray a principios de la década de los ochenta supuso una bocanada de aire fresco que lanzó a los cazatalentos en busca de otros bluesmen a su imagen y semejanza.
No fue casual que, tras descubrir a Cray, el productor Bruce Bromberg se cruzara con Joe Louis Walker, un cantante y guitarrista curtido en la escena del blues de la bahía de su ciudad natal, San Francisco, donde nació el 25 de diciembre de 1949.
Tras tocar con Muddy Waters, Freddie King, John Lee Hooker, Willie Dixon y Charlie Musselwhite, se adentró en el rock de la mano de Mike Bloomfield y luego se dedicó al góspel entre 1975 y 1985, como componente de The Spiritual Corinthians.
Su debut Cold Is The Night (1986), publicado en el sello HighTone, anticipó su estilo: blues contemporáneo teñido de soul, que no hacía ascos a las baladas ni al recuerdo del Delta vía bottleneck.
Después de varios álbumes –como The Gift (1988), Blue Soul (1989), Blues Survivor (1993), JLW (1994) y Blues Of The Month Club (1995)– y colaboraciones con James Cotton, entre otros, se estableció como un guitarrista fascinado, según sus propias palabras, por el “blues verdadero”, con un sonido más duro que el friendly Cray.
Fruto de esa fascinación fue Great Guitars (1997), donde recurrió a varios de sus colegas para hacer honor al título y mostrar, de paso, distintos estilos influidos por el jazz, el rockabilly y el soul. Walker no era nuevo en este tipo de colaboraciones, ya que en 1993 participó en el Blues Summit de B.B. King con otros ilustres bluesmen.
El álbum fue producido por Steve Cropper (una figura del soul, componente de Booker T. & The M.G.’s y autor de éxitos de Wilson Pickett y Otis Redding), se grabó en Chicago, Nueva Orleans, Los Ángeles, Cleveland, Berkeley y Nashville, y estaba dedicado a la memoria de Johnny Guitar Watson y Johnny Heartsman.
Great Guitars tenía una parte buena y otra más discutible: la buena era que todas las canciones (excepto Every Girl I See, con Buddy Guy y sus desvaríos habituales) eran inéditas y no una colección de versiones.
La discutible era que las estrellas invitadas (con la excepción de Bonnie Raitt, magistral con la slide en Low Down Dirty Blues) se limitaban a poner su guitarra (y no su voz) al servicio de Walker, protagonista de la función a su pesar, a sus anchas en temas como el trepidante blues-funk Cold And Evil Night.
Eso no significa que el disco fuera malo, todo lo contrario. Para demostrarlo, ahí estaban el seudo funk First Degree (con un marciano Ike Turner y The Tower Of Power Horns) y el honky tonk Hop On It (con el recientemente fallecido Otis Grand). También brillaban el rural In God’s Hands (con Taj Mahal) y las lentas Nighttime (con un Matt Guitar Murphy lleno de matices) y Fix Our Love (con Otis Rush).
Y, sobre todo, destacaba el descomunal jump blues Mile-Hi Club, escenario del combate entre The Johnny Nocturne Horns y las guitarras de Little Charlie Baty (líder de The Nightcats), del estilista Scotty Moore (exguitarrista de Elvis Presley), del incendiario Cropper y del irónico Clarence Gatemouth Brown.
A Great Guitars le seguirían otros muchos álbumes en diferentes sellos: entre otros, Preacher And The President (1998), Silvertone Blues (1999), In The Morning (2002), She’s My Money Maker (2003), New Direction (2004), Playin’ Dirty (2006), Witness To The Blues (2008) y Between A Rock And The Blues (2009).
Hasta que llegó otro punto de inflexión al fichar por Alligator. Hellfire (2012) tenía todo lo que se le puede exigir a un disco de blues moderno: una variedad alejada del concepto blues a piñón fijo, con paradas en el funk (el tema titular) y el rock stoniano de estribillo perfecto (Ride All Night, o lo que haría un Lenny Kravitz inspirado).
También se paseaba por el góspel arrollador (Soldier For Jesus, con coros de The Jordanaires, más cerca del sacred steel de Robert Randolph), el rock’n’roll a lo Chuck Berry (Too Drunk To Drive Drunk, con metales y piano boogie), el soul elegante (I Know Why), el country (un bluesificado Movin’ On de Hank Snow) y, cómo no, el blues de Chicago (I’m On To You).
Con su vozarrón de estilo shouter y su guitarra impredecible, con la colaboración de Reese Wynans (Stevie Ray Vaughan) a los teclados y la producción del compositor y batería Tom Hambridge (responsable de los trabajos recientes de Buddy Guy), Walker grabó un disco que merecía figurar en las listas de lo mejor de ese año.
Tras Hellfire, lanzaría Hornet’s Nest (2014), Everybody Wants A Piece (2015), Blues Comin’ On (2020) y Eclectic Electric (2021). Su álbum más reciente es Weight Of The World (2023), donde, como es habitual en él, mezcla diversos estilos: blues, soul, góspel, funk, jazz y rock’n’roll.
Blues y otras especias picantes en Reus

El Reus Blues Festival –con el subtítulo … i altres espècies picants, en referencia a la amplitud de estilos que incluye, además del blues (funk, soul, jazz, rock…)– se celebra todos los años en esa ciudad desde 1991.
A lo largo de su historia, ha acogido las actuaciones de artistas internacionales como Louisiana Red, Tom Principato, Janiva Magness, Lazy Lester, Sax Gordon, Roy Rogers, Sherman Robertson, Otis Grand, Mick Taylor y Richard Ray Farrell.
Y también de la cantera estatal, con Big Mama Montse, Lluís Coloma, Amadeu Casas, Dani Nel·lo, The Suitcase Brothers, Blas Picón, Johnny Bigstone, Sweet Marta, Joan Pau Cumellas, Gaby Jogeix y Susan Santos, entre otros.
Organizado por la Associació Música Creativa i Actual (AMCA), el Reus Blues abrirá su edición de 2023 el próximo 6 de julio. Joe Louis Walker ofrecerá el 8 de julio el primer concierto destacado de la programación, después de pasar por BluesCazorla (día 6) y San Javier Jazz Fest (día 7).
Durante el mismo mes de julio, el cartel también incluirá las actuaciones de Fernando Beiztegui & The Hammond Lovers (día 15), The Poyo Moya Trio & Pat O’Brien (día 22) y The Grassland Sinners (día 29).
Ya en agosto, será el turno de Charlie Moreno Band (día 6), Boozan Dukes (día 13), Ultra Tight (día 20) y Esperança Aragonès Quintet (día 27), mientras que Martín Burguez & His Rhythm Combo cerrarán el festival el 3 de septiembre.
Todos los conciertos tendrán como escenario el Racó de la Palma. Las entradas pueden comprarse en esta web.











