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Robert Finley repite con Dan Auerbach

Confesiones desde el pantano. Foto: Jim Herrington

El veterano cantante de blues y soul publicará el 27 de octubre Black Bayou, de nuevo producido por el guitarrista de The Black Keys. Es probable que avance algunas de sus canciones en su próxima visita a nuestros escenarios (12 de julio en Pamplona y 14 en el Huercasa Country Festival de Riaza).

A sus 69 años, Robert Finley ha anunciado el lanzamiento de un nuevo disco. El cuarto fruto de su colaboración con el productor Dan Auerbach es un espectacular viaje al corazón del bayou de su Luisiana natal a ritmo de blues, soul, funk y rhythm’n’blues.

Black Bayou, editado por el sello Easy Eye Sound de Auerbach, describe la vida en el norte de Luisiana, con el cantante como carismático guía turístico, y sintetiza todos los estilos originarios de la zona, desde el góspel hasta el blues, pasando por el rock’n’roll.

“Es increíble cuando te das cuenta del impacto que Luisiana ha tenido en la música de todo el mundo –comenta Auerbach–, y Robert encarna todo eso. Puede cantar un blues, un rock’n’roll pionero o un góspel. De hecho, puede interpretar cualquier cosa, y eso tiene mucho que ver con su procedencia”.

Finley ha grabado Black Bayou en los estudios Easy Eye Sound de Auerbach en Nashville. Esta es la cuarta vez que los dos se reúnen para trabajar juntos, pero en esta ocasión lo han hecho de manera un poco diferente.

El nuevo álbum se publicará el 27 de octubre

En sus colaboraciones previas –el EP Murder Ballads (2017) y los álbumes Goin’ Platinum! (2017) y Sharecropper’s Son (2021)– escribieron las canciones con anterioridad, mientras que aquí han concebido todo el material directamente en el estudio.

La banda la forman los bateristas Patrick Carney (The Black Keys) y Jeffrey Clemens (G. Love & Special Sauce), el bajista Eric Deaton y el guitarrista de Hill Country blues Kenny Brown (habitual de Junior Kimbrough y R.L. Burnside), además de las cantantes Christy Johnson y LaQuindrelyn McMahon, hija y nieta de Finley, respectivamente.

La grabación fue rápida y espontánea, con la mayoría de las pistas captadas en una sola toma. “Empecé a cantar y ellos empezaron a tocar”, explica Robert. “Así es como hicimos este álbum. No estaba escrito previamente. Nadie usó papel ni bolígrafo. Simplemente cantamos y tocamos la música, en vivo, en el estudio”.

Si bien sus álbumes anteriores lo establecieron como un destacado artista de blues y soul, Black Bayou revela un lado inédito y singular de Finley. Así, se erige en un destacado narrador de Luisiana, feliz ante la idea de dar a conocer su cultura al resto del mundo.

Las dificultades y la alegría, los dramas y las fiestas, todo se entrelaza en las canciones del álbum, llenas de ricos detalles y basadas en historias reales. Como Alligator Bait, donde cuenta cómo su abuelo lo usó de cebo cuando era niño para capturar un caimán.

El primer single del nuevo álbum

O la conmovedora Nobody Wants To Be Lonely, una evocación del destino de los ancianos, olvidados en las residencias. Y en Sneakin’ Around y Miss Kitty, las historias de amor se sumergen directamente en la tradición atemporal del blues.

“Mucha gente piensa que el blues es pesimista y triste, pero eso no es todo. Depende del artista y de las historias que intenta contar. Para mí, es una expresión de lo que la gente está pasando en la vida. Es la realidad. Y la realidad puede ser triste, pero también hay muchos momentos felices”, aclara el veterano cantante.

Y es que, sobre todo, Finley es un gran storyteller: “Una canción debe contar una buena historia. Cuando la escuches de principio a fin, debería ser como leer un cuento o una novela. Debería dejarte algún tipo de impresión. Y debería permanecer lo más cerca posible de la verdad”.

El primer single de Black Bayou es el swamp rock What Goes Around (Comes Around), con un vídeo realizado por Tim Hardiman.

Sobre esta canción, Finley comenta: “Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Sé honesto, di la verdad. Los que estáis sufriendo, debéis mantener la fe. Lo he visto durante todos estos años, y especialmente en mi carrera: tienes que repartir alegría a tu alrededor y volverá a ti. ¡El resultado está garantizado!”.

Otro héroe anónimo del blues (y el soul)

Nueva vida a partir de los 60

Robert Finley, originario de Bernice (Luisiana), es uno de esos –por desgracia– numerosos héroes del blues y el soul que permaneció en el anonimato durante muchos años hasta ser descubierto cuando ya tenía más de 60.

Cantante y guitarrista autodidacta dotado de un inimitable falsete, fue recolector de algodón durante su infancia, y luego se alistó en el ejército cuando era adolescente, hasta que llegó a Europa como mecánico de helicópteros.

De vuelta a la vida civil en los Estados Unidos, comenzó a formarse como carpintero, mientras mantenía como hobby su faceta de cantante de soul y góspel. Cuando empezó a perder la vista, un giro del destino lo impulsó profesionalmente.

En 2015, mientras actuaba en las calles de Helena (Arkansas), fue descubierto por un miembro de la Music Maker Foundation, una organización benéfica encargada de ayudar a los músicos mayores con dificultades.

A partir de ese momento, todo se aceleró: tras varias décadas en la sombra, publicó su primer álbum, Age Don’t Mean A Thing (2016), a los 62 años. Grabado en Memphis con músicos de The Bo-Keys y producido por Jimbo Mathus (Squirrel Nut Zippers) y Bruce Watson, se orientaba al soul sureño.

Unos meses más tarde, Dan Auerbach fichó al que describió como “el mejor cantante de soul viviente” para su sello Easy Eye Sound. Su primera colaboración fue un EP firmado como The Fontweathers Brothers, Murder Ballads (2017), banda sonora de la novela gráfica del mismo título.

Con el colíder y productor de The Black Keys, Finley lanzó los álbumes Goin’ Platinum! (2017) y Sharecropper’s Son (2021), con colaboradores como el teclista Bobby Wood, el legendario batería de Memphis Gene Chrisman y el bajista de la banda de Johnny Cash, Dave Roe.

Además, su fama se hizo nacional en 2019 gracias a su participación, seguida por millones de espectadores estadounidenses, en las semifinales del concurso America’s Got Talent.

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