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M. Ward nos visita con Geckøs

McKowski, Gelb y Ward: ¿qué puede salir mal?

El cantautor norteamericano presenta su nuevo supergrupo junto con su compatriota Howe Gelb y el multinstrumentista irlandés McKowski. Con un single recién editado en todas las plataformas digitales, Dance of the Gecko, el insólito trío actúa esta semana en diversas ciudades españolas.

M. Ward, uno de los mejores cantantes y compositores norteamericanos actuales, anunció hace meses en su Facebook una gira por nuestros escenarios con estas palabras: “España con amigos brillantes. Canciones antiguas y nuevas. El sol en la primavera y el tren en el mes de mayo. Qué placer volver con todos vosotros”.

Los “amigos brillantes” en cuestión son el polifacético músico de Arizona Howe Gelb —¿hace falta contar las virtudes del alma de Giant Sand a estas alturas?— y el multinstrumentista y productor irlandés Mark McCausland aka McKowski, más conocido por ser la mitad de la banda The Lost Brothers.

Aunque al principio esta gira española —14 de mayo en Barcelona (Upload), 15 en Valencia (16 Toneladas), 16 en Granada (Teatro Caja Granada) y 17 en Cádiz (Edificio Constitución 1812)— se publicitó como “M. Ward with special guests”, ahora se descubre como la presentación de su nuevo proyecto conjunto, Geckøs.

Portada del single de debut

La idea surgió en la boda de un amigo en común en Tucson (Arizona), donde vive Gelb. Lo que empezó como una sesión de grabación improvisada se convirtió pronto en una colaboración creativa a gran escala, que fusiona la riqueza del suroeste con el folk indie, las influencias españolas y un toque de misticismo del desierto.

El viaje comenzó con las grabaciones iniciales en un estudio de Tucson, con Gabriel Sullivan (XIXA) a los controles. A partir de ahí, Geckøs se transformó en un proyecto transoceánico, con un intercambio de ideas entre Omagh (Irlanda), Portland (Oregón) y Tucson. 

Finalmente, Ward, Gelb y McKowski se reagruparon para terminar las canciones en estudios de Irlanda, Londres y Bristol, donde el reconocido productor inglés John Parish mezcló el single de debut, Dance of the Gecko, entre otras canciones.

“’Dance of the Gecko’ no debería existir, pero existe —explica McKowski —. Es el resultado de lo que sucedió cuando todos nos encontramos en la misma habitación al mismo tiempo. Se prendió una chispa y la canción se compuso sola frente a nosotros, completamente por accidente”. 

El primer single de Geckøs

El músico de Omagh añade: “Por suerte, Gabe Sullivan estaba allí para apretar el botón de grabación y embotellar la magia. Desde entonces, esta canción se ha convertido en nuestra seña de identidad. La semilla de la que surgió Geckøs”.

El single se lanzó el pasado 30 de abril en todas las plataformas de streaming. En estos momentos, el grupo trabaja en un álbum que debería publicarse este mismo año y también prepara más actuaciones especiales en directo.

Siendo rigurosos, Dance of the Gecko salió primero en formato físico en 2024 en una edición muy limitada con la canción Botas negras en la cara B, seguido por otro sencillo ese mismo año, Lo hice / Black Diamond. Ambos vinilos son actualmente muy difíciles de encontrar.

De hecho, no es la primera vez que los tres artistas coinciden en una grabación: Gelb (teclados y guitarras) y Ward (guitarras) aportaron su granito de arena a After the Fire After the Rain (2020), el —hasta el momento— último álbum de la banda de McKowski, The Lost Brothers.

Autor, autor

El genio. Foto: Jacob Boll

Para conocer un poco más a M. Ward (nacido Matt Ward), recordamos uno de sus mejores álbumes, Hold Time (2009). Las pistas ya aparecían en la primera canción: For Beginners, conducida por la voz y la guitarra acústica, nos remitía al Buddy Holly más cándido y naíf. Todo un clásico: así es M. Ward.

Saltábamos al quinto tema de este sexto largo de Matt —tras Duet for Guitars #2 (1999), End of Amnesia (2001), Transfiguration of Vincent (2003), Transistor Radio (2005) y Post-War (2006)— y el círculo se cerraba: una excelente y delicada versión del Rave On del malogrado gafudo, con los coros de Zooey Deschanel.

El espléndido Hold Time era el Santo Grial que todos esperábamos: la prueba definitiva del talento de Matt como autor, a la altura de los grandes genios de los cincuenta y los sesenta, con una sensibilidad que entroncaba con el clasicismo sin parecer retro. 

Todas sus canciones parecían (eran) hits, con unos estribillos perfectos y pegadizos —sí, como los de Never Had Nobody Like You (de nuevo con Zooey) y To Save Me (con Jason Lytle de Grandaddy)—, la quintaesencia del pop y del rock’n’roll… y del folk, el country, el blues y lo que se le pusiera a tiro.

Se notaba que al cantautor de Portland le gustaba divertirse: así, se disfrazaba de Johnny Cash para cabalgar en el country trotón Fisher Of Men, miraba de tú a tú al gran Joe Henry en Blake’s View y se ponía etéreo en la bella Hold Time.

También sacaba al bluesman rural que lleva dentro en el acústico y ortodoxo One Hundred Millions Years, buscaba la intensidad dramática con guiños a las producciones de Phil Spector en Stars Of Leo y encontraba la belleza en la sencillez de Shangri-La.

¿Hace falta hablar de las versiones? Ahí estaba otra prueba de que su reino no es de este mundo: lograba la proeza de hacer irreconocible el célebre Oh Lonesome Me (Don Gibson) ralentizando el ritmo, en un impresionante dúo con Lucinda Williams, y de convertir la balada crooner de Frank Sinatra I’m A Fool To Want You en un instrumental conducido por una guitarra eléctrica con aires wéstern.

Tras Hold Time —que, por cierto, fue objeto de una cruel crítica en La Vanguardia, como conté en su momento—, Ward ha publicado A Wasteland Companion (2012), More Rain (2016), What a Wonderful Industry (2018), Migration Stories (2020), Think of Spring (2020), Supernatural Thing (2023) y For Beginners: The Best of M. Ward (2024).

Ella y él: más sencillo, imposible

Zooey y Matt: una pareja con gusto

Curiosa reunión: M. Ward y la actriz Zooey Deschanel coincidieron en el rodaje de The Go-Getter (2007), y el director Martin Hynes les convenció para que grabaran una versión del When I Get To The Border de Richard y Linda Thompson para la banda sonora de la película.

La química entre ambos fue tan buena que se convirtieron en She & Him, una de las aventuras extracurriculares del prolífico cantautor —además de sus colaboraciones con un sinfín de artistas— más interesantes y productivas. La pareja debutó con el sorprendente Volume One (2008).

Aunque suene a tópico de otra-actriz-metida-a-cantante, Deschanel llevaba años en la música y, de hecho, la mayoría de las canciones del álbum estaban compuestas por ella. Y lo mejor de todo es que no solo es una buena autora, sino una excelente intérprete.

Con Ward en el papel de productor y discreto acompañante, Zooey llevaba todo el peso de unas canciones que bebían en el pop de chicas de los sesenta (las brillantes Why Do You Let Me Stay Here?, This Is Not A Test, I Was Made for You y la spectoriana Sweet Darlin’).

También se acercaba al countrypolitan más elegante y menos edulcorado (en Change Is Hard, en Got Me y en la bellísima balada Take It Back, uno de esos clásicos que te pone la piel de gallina).

Además, se atrevía con tres versiones: el soul You Really Got a Hold on Me de Smokey Robinson (solo con su voz, guitarra acústica y las armonías de Ward), el I Should Have Known Better de los Beatles reconvertido en exótico countrypolitan, y el cántico tradicional a capela Swing Low, Sweet Chariot.

Tras Volume One, She & Him han editado Volume Two (2010), A Very She & Him Christmas (2011), Volume 3 (2013), Classics (2014), Christmas Party (2016) y Melt Away: A Tribute to Brian Wilson (2022).

De hecho, no es el único proyecto paralelo de M. Ward: hay que recordar otro supergrupo, Monsters of Folk, en el que formó equipo con Jim James (de My Morning Jacket) y Conor Oberst y Mike Mogis (de Bright Eyes), con un álbum homónimo en 2009.

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