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La Santa Cecilia, en el cruce de caminos

El mestizaje bien entendido. Foto: Humberto Howard

El cuarteto angelino de raíces mexicanas es uno de los mejores ejemplos de las bandas que se encuentran entre dos mundos, el latino y el anglosajón. Estos días está de gira por nuestros escenarios para presentar su nuevo disco, Cuatro Copas. Bohemia en la Finca Altozano (2023).

En la escena mestiza de Los Ángeles, la misma de la que surgieron Los Lobos u Ozomatli, debe existir una gran infinidad de grupos interesantes que funden las raíces latinas con los sonidos anglosajones… y para nosotros son unos absolutos desconocidos, una incógnita.

Pero a veces suena la flauta (o el hecho de tener un padrino famoso) y, de repente, la suerte cambia. Es lo que le pasó a La Santa Cecilia, una banda angelina llamada así en honor a la patrona de la música.

La participación de su vocalista, La Marisoul (Marisol Hernández), en la canción Cinco minutos con vos del álbum Wise Up Ghost (2013) de Elvis Costello & The Roots los sacó a la luz, y lograron debutar en una major con Treinta días (2013).

Completado con Alex Bendaña (bajo), José Pepe Carlos (acordeón, requinto) y Miguel Oso Ramírez (percusión), el cuarteto (sexteto en sus orígenes) se había estrenado con el EP Noche y citas (2010).

El debut en largo

Le seguiría otro EP, El valor (2012), con versiones tan dispares como el Tainted Love de Gloria Jones (más conocido a través de Soft Cell), el One de U2 en clave mariachi y el Love Came Here de otra maestra del mestizaje, Lhasa de Sela.

Esto ya debería dar una idea de por dónde van los tiros: La Santa Cecilia funde la riqueza de los ritmos latinos (cumbia, bossa nova, ranchera, rumba, bolero, tango) con rock, soul, ska, jazz, blues e incluso klezmer y combina castellano e inglés.

Treinta días destacaba, sobre todo, por la espléndida voz de La Marisoul y por unas letras que ilustraban la conciencia social del grupo: en Nuestra Señora La Reina de Los Ángeles aludían a la inmigración en busca de sueños que a veces no se cumplen.

En Monedita se referían a la frivolidad de quienes consideran importante la riqueza material; en 30 días, al optimismo pese a las dificultades, y en ICE-El hielo, a la impotencia de los trabajadores ilegales que temen ser deportados.

Y no podemos olvidar la fusión de ritmos: la bailable Cuchara se acercaba al ska, pero también a la música balcánica, y la soulera Falling encajaría en el repertorio de Amy Winehouse.

Con acordeón y trombón, la excelente En fin rozaba la ranchera, y Losing Game (a dúo con Elvis Costello, coautor del tema, devolviéndole el favor a La Marisoul) tenía trazos de rumba y de tango.

La Marisoul, una cantante muy ocupada

Escuchando a La Santa Cecilia, uno no puede dejar de pensar en Lila Downs: ambos se encuentran en el cruce de caminos entre dos mundos, el latino y el anglosajón, y sacan lo mejor de ellos.

Tras Treinta días, el grupo publicó Someday New (2014) –con covers de Strawberry Fields Forever (The Beatles) y Cuidado (José José)– y Buenaventura (2016), con featurings de Pete Thomas, Steve Berlin y David Hidalgo, entre otros.

A continuación, llegó el directo Amar y vivir (2017) –con versiones como la titular, Ódiame, México Americano y You’ve Really Got A Hold On Me–, La Santa Cecilia (2019) –íntegramente en inglés, con una gran adaptación del Nobody Knows You When You’re Down And Out popularizado por Bessie Smith– y Quiero verte feliz (2022).

Su trabajo más reciente es la colección de versiones en directo Cuatro Copas. Bohemia en la Finca Altozano (2023), de sonido más tradicional, que están presentando en julio en España: 1 (Madrid, Festival Río Babel), 2 (O Grove, El Náutico), 7 (Barcelona, Sidecar) y 8 (Lanuza, Pirineos Sur).

Por su parte, La Marisoul ha grabado dos álbumes más orientados al bolero en formato de big band, los dos volúmenes de La Marisoul & The Love Notes Orchestra (2020 y 2022). En 2023 también ha lanzado Corazones and Canciones, con el grupo de tex-mex Los Texmaniacs.

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