
Steve Earle, acompañado de sus fieles The Dukes, ha publicado hoy su nuevo álbum, Ghosts Of West Virginia. Como cuenta en su web, con este trabajo pretende explorar un nuevo enfoque en su composición.
«Pensé que, dado el momento actual, tal vez era mi responsabilidad grabar un disco que hablara a la gente que no votó lo mismo que yo. Uno de los peligros en los que nos encontramos es que si personas como yo seguimos pensando que todos los que votaron por Trump son racistas o imbéciles, entonces estamos jodidos, porque eso simplemente no es cierto. Así que este es un movimiento hacia una situación que podría tardar una generación en cambiar. Quería hacer algo donde ese diálogo pudiera comenzar».

Ghosts of West Virginia se basa en la explosión de la mina de carbón Upper Big Branch que mató a veintinueve hombres en ese estado en 2010, convirtiéndose en uno de los peores desastres mineros en la historia de Estados Unidos. Earle y su banda exploran el papel histórico del carbón en las comunidades rurales a través de diez canciones.
Aprovechando el lanzamiento de este nuevo trabajo del belicoso cantautor norteamericano, retrocederé en el tiempo, concretamente al año 2003, para recordar el día que desayuné con Steve y, sobre todo, la noche que firmé un autógrafo en su nombre (y eso que en aquella época yo no llevaba una barba tan poblada como la suya).