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Maggie Björklund, pedal steel danesa

Es una de las pocas instrumentistas femeninas de pedal steel guitar. La compositora, guitarrista y cantante danesa ha conseguido trascender los límites del country al acercarse con su sonido a otros estilos como el rock indie, el pop, la psicodelia y las bandas sonoras, sin dejar atrás las raíces norteamericanas.

A lo largo de su carrera, Maggie Björklund ha hecho giras con Jack White, con Howe Gelb (Giant Sand) y con Exene Cervenka y John Doe, excomponentes de X. Además, ha tocado en los álbumes Lazaretto (2014) y Acoustic Recordings 1988-2016 (2016) de White, Tucson (2012) y Heartbrak Pass (2015) de Giant Sand y The Excitement Of Maybe (2011) de Cervenka, entre otros.

Para su debut como solista en 2011, Coming Home, convocó a Mark Lanegan, a Jon Auer (The Posies) y a los miembros de Calexico Joey Burns y John Convertino, entre otros. En su continuación, Shaken (2014), volvió a recurrir a Convertino, además de Jim Barr (Portishead), John Parish y Kurt Wagner (Lambchop). Desde entonces no ha grabado nada más.

Me gustaría que me hablaras de tus inicios. ¿Qué clase de música oías de pequeña? Crecí en la zona rural de Dinamarca, y escuchábamos la radio para oír las novedades. A mis padres les gustaba la clásica, y eso fue una gran influencia para mí. Pero yo era una chica ABBA. Los amaba con locura y me sabía todas sus canciones. Tocaba muchos instrumentos diferentes desde muy joven: piano, guitarra, violín y, sobre todo, interpretaba música clásica. No había profesores cerca que pudieran enseñarme estilos más modernos. Aprendí eso más tarde, cuando me fui a vivir a Copenhague.

¿Por qué una chica danesa se interesa de pronto por el country? Me enamoré de él cuando estudiaba en el Musicians Institute de Hollywood. Aprendía guitarra y allí podías tomar lecciones de guitarra country. Ese fue un momento crucial para mí. Antes de eso no sabía qué era. Pero allí tuve un profesor increíble que me enseñó las técnicas del country y abrió mi corazón a este estilo. Desde entonces ese amor nunca ha flaqueado, y creo que me lo llevaré a la tumba.

Maggie (a la derecha) en la época de Darleens

Estuviste en los grupos Darleens y Miss B. Haven. ¿Fue una experiencia útil para tu carrera? Darleens fue mi primera banda «profesional»: mi inicio como compositora y un gran período de aprendizaje. Tuvimos que aprender a tratar con un sello –Sony Music–, cómo aparecer en televisión y tocar en directo en la radio… Muchas cosas que necesitas experimentar para forjar una carrera profesional. Fue fantástico, mucha diversión y trabajo duro. Cuando me uní a Miss B. Haven tenía mucha más experiencia como músico profesional. En esa época era una de las bandas más grandes de Dinamarca, y aprendí mucho tocando con ellos. Allí adopté el papel de músico de apoyo, mientras que en Darleens era la compositora principal. Fue una nueva experiencia y tuve que aprender cómo encajar en la visión artística de otros y ser yo al mismo tiempo.

Tras la ruptura de Miss B. Haven, descubriste la pedal steel guitar. He leído que dijiste que tu corazón «se perdió en su misterio». ¿Qué querías decir con eso? ¿Y por qué lo escogiste? Siempre he tendido a probar nuevos instrumentos para ver qué se esconde detrás de ellos. Me intriga escuchar lo que pueden o no pueden hacer. La pedal steel guitar es tradicionalmente una parte del sonido del country, así que cuando un amigo me ofreció una para principiante realmente barata, la compré. La monté e intenté tocarla, pero era muy difícil sacar algo decente, así que después de pocos meses la guardé de nuevo y no la toqué durante mucho tiempo. Pero, años después, cuando lo intenté otra vez, de repente supe cómo acercarme y obtener buenos sonidos. En ese momento fue cuando mi corazón “se perdió”. De alguna forma, es un instrumento difícil de dominar, y lleva dedicación desentrañar los misterios sobre cómo tocarlo bien. Por eso creo que no hay muchos instrumentistas de pedal steel. Debes ser un poco «nerd» para llegar a alguna parte con ella.

Jeff Newman, junto al cartel de su escuela de pedal steel

Fuiste a Nashville a estudiar con la leyenda de la pedal steel Jeff Newman. ¿Cómo fue la experiencia? En Dinamarca solo hay unos pocos que tocan la pedal steel bien y con gran habilidad. Así que tuve que aprender más o menos yo misma. Es una buena manera, te hace pensar, pero es también como volver a inventar la rueda. Así que cuando me lo tomé más en serio supe que quería ir a Nashville para encontrar a un profesor que me ayudara. Conocí a Jeff Newman y fui a su casa para un curso de cinco días. Fue una de las mejores experiencias de mi vida con la pedal steel. Él vivía a las afueras de Nashville, en la zona montañosa. Tenía una pequeña casa de invitados donde alojaba a los estudiantes. Llegaba por la mañana y empezábamos a tocar a las ocho en punto. Comíamos a las doce y seguíamos por la tarde hasta las cinco. Era mucho por asimilar, y mi cabeza casi se partía con la información que intentaba retener. Lo más divertido es que, cuando llegué, pensé que podía tocar esa pedal steel y que sonaba bien. Pero una de las primeras cosas que Jeff dijo cuando empezamos fue que sonaba como una ama de casa alemana, y que mi técnica con el volumen demostraba que era una principiante. Lo dijo con humor y nos reímos, aunque también me abrió los ojos sobre mi forma de tocar. Después me enseñó las bases sobre las cuales construiría mi estilo. Para mí eso fue lo más importante, porque me condujo a un camino por el que aún transito. Desafortunadamente, ya no está con nosotros –murió en 2004–. Me hubiera gustado enseñarle cuán importante ha sido para mí, y cómo de lejos he llegado desde entonces.

¿Quiénes son tus intérpretes favoritos de pedal steel? Los tipos de Nashville: Lloyd Green, Buddy Emmons, Paul Franklin Jr. y Russ Pahl.

¿Cómo describirías tu música a alguien que nunca te ha escuchado? Americana con un giro de filme noir de los sesenta.

En la web de Bloodshot, describen tu estilo como «psychedelic desert pop music». ¿Estás de acuerdo con esa definición? Puedo entender lo del desierto, pero no lo de la psicodelia. Creo que el elemento psicodélico deriva de esas canciones que, de algún modo, están retorcidas en su composición, como «Insekt». No está construida en una progresión normal de acordes 1-4-5 con un estribillo. Tiene esa extraña forma de vida, y por eso la llamo «Insekt». Son extrañas criaturas que, en cierta manera, son ajenas a nosotros.

¿Qué piensas de la etiqueta americana para etiquetar lo que haces? Creo que encaja bien. Americana no es el country tradicional, sino una mezcla de folk, country, indie, blues y música de raíces. Así que pienso que mi sonido puede encajar en esa descripción.

Tocas un instrumento antiguo, pero al mismo tiempo no eres una nostálgica, porque haces música contemporánea. ¿No es algo contradictorio? La pedal steel apareció con el country en los años cuarenta y cincuenta, y eso es lo que piensas instantáneamente si escuchas la palabra «pedal steel». Creo que ha sido una ventaja para mí que no haya crecido escuchando ese instrumento. Eso me ha ayudado a abordarlo desde un ángulo distinto a otros intérpretes. Tengo también un impulso para ver lo que puede hacer más allá de los sonidos del country tradicional. Quiero decir que es una pieza de madera con algunas cuerdas, y no tienes que limitarte a tocar solo country. Puedes golpear las cuerdas, añadir pedales al sonido. Realmente todo es posible. Esto es lo que me gusta del instrumento. Hay mucho territorio por descubrir escondido en su interior.

Tratas con sonidos norteamericanos desde una perspectiva europea, y tu visión tal vez es más idealista. ¿Crees que si hubieras nacido en los Estados Unidos tu música sería igual? Definitivamente, no sería la misma de haber nacido allí. Puedo detectar mi fuerte educación clásica en mi música. Tengo un sentido de la melodía diferente al de los norteamericanos. Pero ellos tienen una forma natural de tocar la música de raíces que los europeos solo podemos soñar. Esa es una de las cosas que me gusta de actuar por allí: poder colaborar con gente que tiene ese swing natural en su manera de tocar que nosotros no tenemos.

Cuando escucho tu música me imagino paisajes. ¿Es esa tu intención? No es una intención planeada, pero todo lo que me rodea siempre ha jugado un gran papel en mi vida. Como he dicho, crecí en la zona rural de Dinamarca, donde había poca gente. Así que la naturaleza a mi alrededor era más o menos mi patio de recreo, y pasaba mucho tiempo sola paseando cerca de los fiordos y cabalgando en los bosques. Era una soñadora entonces y lo sigo siendo ahora, y la soledad del paisaje es algo que valoro muchísimo.

Háblame de las posibilidades creativas de la pedal steel. ¿Es posible tocar cualquier cosa, o siempre estará asociada al country? Para mí siempre estará asociada al country, aunque “siempre” es una gran palabra. Quién sabe lo que tenemos ante nosotros. Pero creo que encontrará su camino en nuevos géneros. Hay algunos excelentes músicos de jazz que tocan pedal steel. Y, como yo, hay gente experimentando con los límites de su sonido. Por qué no se ha alejado aún del country puede deberse al temor de la gente de que su sonido haga que su música suene como country, o a que poca gente toca el instrumento. Solo tienes a unos cuantos que se atreven a experimentar.

¿Cómo fue trabajar con Calexico? ¿Contactaste con ellos porque buscabas un sonido específico? Sí, porque su forma de tocar y su musicalidad era exactamente lo que quería. He sido fan de Calexico desde que empezaron. El tono y el swing que tienen es único. Me encanta cómo toca la batería John Convertino; no puedes encontrar a otro que tenga el mismo sentimiento. Y el bajo de Joey Burns encaja perfectamente. Han tocado juntos durante mucho tiempo y eso puedes notarlo.

¿Qué hay del título de tu primer álbum, Coming Home? ¿Es ese hogar un lugar físico o un estado mental? Es al mismo tiempo el título de una canción que escribí e interpreta Mark Lanegan, y también el sentimiento que tuve al hacer este disco. El hecho de grabar un álbum como solista, de concentrarme en mi propia música y de tener la contribución de todos esos asombrosos instrumentistas y cantantes me hizo sentir como si finalmente lo hubiera hecho en casa.

¿De dónde sacas la inspiración para tus canciones? En general, me inspiran muchas cosas. Aunque tiendo a estar muy influida por la batería. Al escuchar un patrón de batería puedo sacar una canción. La inspiración proviene de los lugares más extraños. El tema «Summer Romance» deriva de tres notas de la melodía de un viejo wéstern norteamericano.

¿Qué me dices de las colaboraciones de tu primer disco? ¿Por qué escogiste a Mark Lanegan, Rachel Flotard y Jon Auer? He sido durante mucho tiempo fan y admiradora de la música de Lanegan. Creo que su voz es el instrumento definitivo. Tiene oscuridad, dulzura y alma al mismo tiempo. Así que fue algo natural pedírselo. Estaba encantada de que aceptara cantar en mi álbum. Jon Auer es el fantástico cantante de The Posies. Me gusta que su voz esté en la dirección contraria a Mark, en el sentido de que suena muy diferente. Es imposible no enamorarse de esa voz. Que participara fue un sueño hecho realidad. A Rachel Flotard –cantante del grupo de Seattle Visqueen– la escuché por primera vez en Dinamarca, cuando estaba de gira con Neko Case. Me enamoré al instante de su voz. Para mí, ella es una joya y una de las mejores cantantes que nunca he oído. También escribió las letras para sus canciones, y eso es buena poesía.

¿Hay alguien más con quien te gustaría trabajar en el futuro? Es una pregunta difícil, que dejaré sin responder. Hay millones de fantásticos artistas ahí fuera con quienes sería fabuloso trabajar. Solo tenemos que esperar lo que nos depara el futuro. Las colaboraciones tomarán forma de repente donde menos te lo esperes. Así que esperemos y veremos.

¿Qué te parece formar parte del sello Bloodshot? Me siento totalmente en casa. Son grandes personas y es fácil trabajar con ellos. Respetan mucho a sus artistas y su creatividad. Y te apoyan mucho. Estoy muy feliz y orgullosa de formar parte del sello. Ocupan un lugar único en el mundo de la música. Han promocionado grandes discos y artistas a lo largo de los años.

Has trabajado con Exene Cervenka. ¿Cómo fue la experiencia? Sí, he tocado en directo con ella y participé en su álbum «The Excitement Of Maybe». Fue fantástico. Es una persona única con una gran actitud hacia la música. Viene de la escena punk y tiene esa naturaleza rebelde que siempre se esfuerza por enfrentarse a la conformidad. Puedes aprender mucho de ella. Es tan divertido trabajar con ella… Y adoro su música.

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