Acordeonista, cantante, compositor y líder de la banda The Magic Sounds (en ocasiones denominada The Majic Sounds), fue uno de los pioneros del zydeco en los años cincuenta. Recordamos uno de sus discos cuando se cumplen años de su muerte y analizamos el estilo que ayudó a popularizar.
Considerado uno de los difusores del zydeco en los años cincuenta –grabó su primera canción Paper In My Shoe en 1954, todo un hit–, Wilson Anthony Chavis, aka Boozoo Chavis, nació el 23 de octubre de 1930 en Lake Charles (Louisiana).
Retirado del mundo del espectáculo durante los sesenta y los setenta, se pasó veinte años criando y entrenando caballos –de ahí su apodo The Creole Cowboy, reforzado por lucir siempre un Stetson blanco–. Hasta que, a principios de los ochenta, cuando viajaba en coche de camino a una feria, escuchó por la radio el anuncio del concierto de un tal Boozoo Chavis, evidentemente un farsante que suplantaba su personalidad.
Esta anécdota fue la que lo decidió en los ochenta para realizar su regreso triunfal a los escenarios y recuperar su corona de rey imbatible del acordeón diatónico, fuente de inspiración para toda una nueva generación de acordeonistas. Hey Do Right! (1996) fue una muestra de la renovada popularidad del músico zydeco, y su debut para el mítico sello Antone’s.
Producido por Terry Adams, el pianista y cantante del grupo de rock’n’roll y rhythm’n’blues NRBQ (quienes, por cierto, le dedicaron la canción Boozoo, That’s Who), el álbum ofrecía zydeco puro y duro: Chavis no cedió a las tentaciones de otros representantes del género, y no introdujo elementos de blues y funk, sino que recurrió al sonido más tradicional y rural del zydeco.
Así, creó un sonido bastante homogéneo, con secuencias rítmicas casi catárticas que se repetían constantemente, con el acordeón aportando el colorido y una voz que estaba más cerca de la retahíla que de entonar una canción (de hecho, no se distinguía si cantaba en francés, en inglés, o en inglés con acento francés).
El repertorio incluido en el disco iba de los temas tradicionales –Bosco Stomp y ese slow blues Mother’s Blues, uno de los pocos momentos que rompía con la monotonía reinante– a las composiciones propias –el rítmico Zydeco Cha Cha, el más contemporáneo Goin’ To The Zydeco, el vals Crying Waltz, el boogie Jump The Boogie (donde Boozoo soplaba la armónica) y Pass Me A Dozen Eggs, con arreglos de un clásico de Joseph Falcon–.
Musical y técnicamente impecable, a Chavis le ocurría, sin embargo, como a Flaco Jiménez: su maestría lo llevó al inmovilismo, a la reiteración y a la falta de sorpresas. Era la otra cara de la moneda del zydeco, la opuesta a las fusiones con otros estilos contemporáneos.
En 1999, alcanzó otro hito al lograr que su siguiente álbum, Who Stole My Monkey?, luciera una etiqueta de “aviso parental” por sus letras subidas de tono, convirtiéndose así en el primer disco del género que mereció tal “honor”. Su último trabajo fue Down Home On Dog Hill (2001), publicado de forma póstuma.
Chavis falleció el 5 de mayo de 2001 a los 70 años, a consecuencia de las complicaciones tras sufrir un infarto después de una actuación en Austin (Texas).
El cajun de los afroamericanos
El zydeco puede definirse como la vertiente negra del cajun, ese estilo característico de Louisiana que tiene sus raíces en los acadianos, los descendientes de colonos franceses expulsados del Canadá que emigraron a las tierras pantanosas del Sur.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y bajo la influencia de Clifton Chenier (1925-1987), el zydeco evolucionó considerablemente al aproximarse al blues y al rhythm’n’blues. De hecho, había nacido de forma tardía a finales de los años cuarenta, y representa una corriente musical muy localizada en Louisiana, aunque también encontramos formaciones de este estilo en otros estados (como Texas), e incluso en otros países (como Francia y Holanda).
El zydeco surgió entre los afroamericanos que, junto con los acadianos, repoblaron la zona de los bayous y adoptaron rápidamente la lengua francesa. Como los acadianos nunca habían tenido esclavos, compartieron con ellos sus tierras y crearon una verdadera cultura sin diferencias de raza ni segregación alguna. Al principio, el cajun interpretado por los blancos y por los negros era prácticamente idéntico, pero poco a poco se fueron diferenciando.
En el zydeco se pueden encontrar los trazos de la música tradicional cajun, de los ritmos festivos de Nueva Orleans y del blues del Delta, y su instrumento característico es el acordeón. Pero, de hecho, desde sus inicios ha estado influido por otros estilos. Los primeros éxitos del género fueron Bon Ton Roula en 1950, de Clarence Garlow (1911-1986), y el citado Paper In My Shoe en 1954, de Boozoo Chavis.
Después, el Rey del Zydeco, Clifton Chenier, atraería la atención de todo el mundo. Tras su desaparición, otros han intentado llevar su corona: desde su propio hijo C.J. Chenier hasta Buckwheat Zydeco (1947-2016), pasando por Rockin’ Dopsie (1932-1993) y el mismo Boozoo Chavis.
Sin embargo, el género sigue su evolución, paralelamente a la de la black music, incorporando elementos de funk y de hip hop. Y siguen surgiendo nuevos artistas: algunos, para continuar con la tradición familiar (el citado C.J. Chenier o Geno Delafose); otros, para proponer nuevos puntos de vista (Li’l Brian & The Zydeco Travelers con su Z-Funk). Como afirma este último, “el zydeco nunca morirá”.