Pertenecía al club de las voces rotas, el mismo que incluye a Dr. John, Willy DeVille y Coco Robicheaux. Y no solo compartía con ellos su garganta profunda: los sonidos de Nueva Orleans empapaban sus canciones. Su reciente desaparición se merece un recuerdo.
No hay que ser un genio para darse cuenta de que Chuck E. Weiss –nacido el 18 de marzo de 1945 en Denver (Colorado) y fallecido el 19 de julio de 2021 en Los Ángeles, su ciudad adoptiva– tenía una voz muy parecida a la de Tom Waits, a quien conocía desde principios de los setenta. Así que, ¿quién influyó a quién?
Su primer encuentro se produjo en Denver, en un bar donde Chuck tocaba la batería en un grupo que acompañaba a bluesmen como Muddy Waters y Lightnin’ Hopkins. Tras un concierto, se acercó a Tom y lo invitó a grabar con él. “Me miró como si yo fuera de otro planeta. La siguiente noche lo vi en una cafetería. Empezamos a salir juntos. Y desde ese momento fuimos amigos”, recordaba en una entrevista.
Weiss coescribió Spare Parts (A Nocturnal Emission), una canción perteneciente al álbum Nighthawks At The Diner (1975) de Waits, y también Rains On Me, interpretada por el de Pomona para el disco Free The West Memphis 3. A Benefit For Truth & Justice (2000), que recuperó en su recopilatorio Orphans. Brawlers, Bawlers & Bastards (2006).
Pero allí acababa toda coincidencia: lo que en uno es oscuro, asfixiante y tortuoso, en el otro era divertido, carnal y accesible. Y, a pesar de compartir su buen gusto por el jazz decadente, Chuck estaba más empapado del rhythm’n’blues al estilo de Nueva Orleans.
Weiss debutó en 1981 con The Other Side Of Town, con músicos de Nueva Orleans del calibre de Mac Rebennack aka Dr. John (teclados), Alvin Robinson (guitarra) y Freddie Staehle (batería), además del bajista Larry Taylor (Canned Heat) y el featuring de Rickie Lee Jones (novia de Waits en esa época) en el tema Sidekick. El álbum incluía solo dos temas ajenos: el Saturday Night Fish Fry de Louis Jordan y el Gina posteriormente interpretado por los Stray Cats.
En su continuación, Extremely Cool (1998) contó con su amigo Tom como coproductor, además de aportar voz y guitarra. En esta ocasión, ninguna versión: solo temas compuestos por Weiss en solitario o junto a Waits y el guitarrista Tony Gylkison (Lone Justice y X). Entre los colaboradores, el batería Jim Christie (Merle Haggard, Dwight Yoakam, Lucinda Williams, Exene Cervenka) y la cantante Eleni Mandell.
En su tercer álbum, Old Souls & Wolf Tickets (2001), el cantante de Los Ángeles, junto a su excelente banda The G-d Damn Liars, desgranaba algunas canciones que pasarían por el Waits más clásico: la tremenda torch song It Don’t Happen Overnight y los elegantes y jazzísticos Sweetie-O y Blood Alley.
Sin embargo, en su “alternative jungle music” (como él definía su estilo) el influjo de Nueva Orleans era más que evidente, por lo que con frecuencia resultaba un curioso y excitante cruce entre Waits y Dr. John.
Es lo que pasaba en Congo Square At Midnight (con cantos tribales onomatopéyicos característicos de los indios del Mardi Gras), en la exuberante y colorista Sneaky Jesus, en No Hep Cats (a lo Professor Longhair), en Anthem For Old Souls (con el ritmo cansino marcado por la tuba y un piano de juguete) y en Dixieland Funeral (una brutalidad dixieland con brass band desmesurada).
Weiss iba más allá de los ritmos crudos de los pantanos, y con su voz rota atacaba el rock’n’roll desquiciado (Tony Did The Boogie Woogie), el espiritual paródico (Piggly Wiggly), el honky tonk arrollador –Two-Tone Car (An Auto-Body Experience)– y los recitados –Jolie’s Nightmare (Mr. House Dick), construido sobre riffs a lo Link Wray–.
El álbum se completaba con dos curiosidades: un vídeo en directo y un documento sonoro de 1970 donde un joven Chuck se unía a la banda de Willie Dixon en el ortodoxo boogie-blues Down The Road A Piece (también interpretado por Chuck Berry, Jerry Lee Lewis y The Rolling Stones, entre otros).
Todos tenemos en la mente las imágenes clásicas del cine negro de los años cuarenta y cincuenta: el detective en un callejón oscuro, el tugurio donde una bailarina se desnuda al son de un tórrido saxo, la última copa en un bar que no cierra nunca… Son las mismas imágenes que Weiss nos sugería en 23rd & Stout (2006), su cuarto LP, producido por Don Heffington (Lone Justice), con su portada a lo pulp magazine de huelebraguetas.
El cantante bromeaba en los créditos cuando afirmaba que se podía describir este álbum como “porquería alternativa”. Con un increíble repertorio de voces, se paseaba por el rhythm’n’blues tortuoso (Prince Minsky’s Lament), los recitados jazzísticos a lo Tom Waits (Sho Is Cold, 23rd & Stout), el rock’n’roll primitivo y salvaje (Room With A View) y los ecos del Spanish Harlem (Novade nada).
También repartía somnolientas canciones de marineros borrachos (Another Drunken Sailor Song), versiones de Ike & Tina Turner (el arisco Goodbye, So Long, con Judy Brown) y Jerry Wallace (la torch song Primrose Lane), tributos al bluesman Slim Harpo y al actor Sterling Holloway (especialista en poner voces a personajes de Disney) y breves viñetas de scat (Half Off At The Rebop Shop) y góspel a capela (Man Tan).
“Rock’n’roll, jazz, blues… puedes llamarlo todas esas cosas, pero para tu disfrute, me gusta denominarlo ‘discom-bop-ulated jive’”, concluía Weiss en las notas del disco. Si quería quedarse con nosotros, lo consiguió.
En 2014 se publicó su último álbum, Red Beans And Weiss, con Johnny Depp (amigo íntimo del cantante: eran copropietarios del Viper Room), Waits y Heffington como productores ejecutivos y una versión del Exile On Main Street Blues de The Rolling Stones. En la portada –repleta de caricaturas de celebridades de la música y el deporte–, una pegatina reproducía la siguiente frase del protagonista de Ed Wood: “Chuck E. Weiss es un tesoro extraño. Si compras un disco este año, que sea este. Es una locura”.
Aparte de su propia carrera, Weiss fue famoso por ser el protagonista del hit de Rickie Lee Jones Chuck E.’s In Love, perteneciente a su debut homónimo de 1979. La canción se basó en una anécdota vivida por él, la cantante y Waits. Así era descrito: “He sure has acquired this kinda cool / And inspired sorta jazz when he walks / Where’s his jacket and his old blue jeans? / Well, this ain’t healthy, it is some kinda clean”.
Además, participó en los tributos Pearls In The Snow. The Songs Of Kinky Friedman (1998) y Strange Angels. In Flight With Elmore James (2018) y en el álbum Son Of Rogues Gallery. Pirate Ballads, Sea Songs & Chanteys (2013).
Compre el Extremely Cool, por la portada y porque leí que coproducía el gran Waits. No me equivoque, un precioso disco. El disco siguiente, no me gusto tanto.
He descubierto tu blog por el articulo sobre el mítico Flowers y pienso seguirlo.
Salud
Gracias, espero que sigas leyendo mi blog.