En 2023 se cumplen cuatro décadas desde su publicación, y la ópera prima del trío de Wisconsin suena como si se hubiera grabado ayer. Es lo que tienen las obras maestras, que mantienen su valor pese a los envites del tiempo y de las modas efímeras.
Corrían los primeros ochenta, y el sonido sintetizado de la new wave dominaba las emisoras. En ese contexto, un trío curtido en las calles de Milwaukee irrumpió con fuerza. Los Violent Femmes –Gordon Gano, Brian Ritchie y Victor DeLorenzo– se convirtieron de pronto en el grupo norteamericano de culto de esa década.
Su debut homónimo, grabado en julio de 1982 y publicado por el sello Slash en abril de 1983, respondía con creces a su concepto musical: tocar instrumentos acústicos, pero generar la misma intensidad que una banda eléctrica.
Como una suerte de versión punk de los Modern Lovers de Jonathan Richman, los Violent Femmes substituían el espíritu naíf por la angustia adolescente, los ambientes bucólicos por las atmósferas obsesivas y malsanas, el optimismo por la desesperación y la rabia, todo ello mezclado con un saludable humor negro.
¿Quién dijo que la música acústica es aburrida, y que solo puede hacerse folk de fuego de campo? La voz desencajada de Gano y el sonido minimalista de su guitarra, la fuerza del contrabajo de Ritchie, el ímpetu del kit de batería de DeLorenzo y las armonías de voces desquiciadas, parodias de los estribillos pop, tenían más energía que un grupo de heavy metal.
En Violent Femmes el trío construyó verdaderos himnos de la América profunda más perturbada (Please Do Not Go, Blister In The Sun, Prove My Life y Gone Daddy Gone), y se erigió en pionero de otros investigadores/subversores de las raíces de la tradición, desde Sixteen Horsepower hasta otras bandas de country alternativo.
Tenía razón Brian Ritchie cuando afirmaba que “queríamos hacer un disco de música americana de sonido intemporal. El álbum se podría haber editado en los sesenta, en los ochenta o ahora”.
Convertido en una de las obras más representativas del movimiento alternativo, en 2002 Violent Femmes fue objeto de una ambiciosa reedición de vigésimo aniversario en un doble CD.
Además del álbum original, incluía veintiséis temas inéditos –nueve maquetas de 1981, dos singles publicados en Inglaterra, catorce cortes en directo (registrados entre 1981 y 1983) y una entrevista radiofónica– y un libreto donde se explicaba cómo se grabó el disco, con las canciones comentadas por los componentes del grupo.