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Myriam Swanson, la prodigiosa voz de la autenticidad

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Myriam Swanson, un torbellino en el escenario. Foto: Noemí Elías

Myriam Swanson es una de las mejores voces de la escena barcelonesa de blues, rhythm’n’blues, rock’n’roll, jazz y muchas cosas más. Un animal escénico que bebe de las fuentes genuinas de la música norteamericana en multitud de grupos y proyectos para demostrar su versatilidad y su conocimiento de las raíces. La entrevistamos para que nos hable de todo eso y de la influencia de Nueva Orleans.

Cantante al frente de algunos de las bandas más explosivas surgidas en Barcelona en los últimos años, del rock’n’roll salvaje de Flamingo Tours al blues primitivo a dúo con Amadeu Casas, del jazz apasionado de Magnolia al rhythm’n’blues de The Rhythm Treasures. Nadie que haya visto en directo a Myriam puede olvidar su magnetismo, su fuerza y su sensualidad. Y aún le sobra tiempo para pinchar su música favorita en distintos clubs de la ciudad.

Myriam y Amadeu Casas: blues primigéneo. Foto: Noemí Elías

Eres una artista hiperactiva y participas en diferentes proyectos. Me gustaría que me hablaras de cada uno de ellos. Me parece bien este adjetivo… jajaja. Después de tantos años haciendo música, escuchando, tocando y disfrutando, ahora me ha dado por publicarlo todo… ¡Parece que me he vuelto loca! De todas las formaciones que hay en esta etapa de los tres últimos años, la primera fue la de Amadeu Casas, Early Blues Mood. Hacía tiempo que nos apetecía encontrarnos y grabar una sesión. Nuestro estilo es muy intuitivo, casi jam-blues, con un repertorio muy rural, con temas tradicionales y otros más particulares… Presentamos el proyecto en el Jamboree y, después de muchos conciertos, nos ha salido un disco en directo que publicaremos en otoño. Encontrareis música del Delta, vaudeville, temas más desconocidos como el ‘Blues On The Ceiling’ de Fred Neil… Como intérprete, el repertorio es la clave para disfrutar. Buscar, escuchar, preguntar, aprender, alucinar con lo que has reencontrado, elegir, probar y, si hay suerte, acertar y disfrutar.

Sigamos con Magnolia… Magnolia es un cuarteto de jazz tradicional con elementos de Broadway y de rhythm’n’blues, todo mezclado, con un repertorio muy sabroso, con temas buscados con mucha delicadeza. Esta idea surgió de forma muy natural. El cuarteto lo componen Anton Jarl a la batería y Francesc Capella al piano con Paco Weht al contrabajo. Hemos grabado un disco en directo en el Jamboree que salió en abril, ‘That ‘s A Plenty’ (Temps Record), y ya tenemos temas nuestros para el primer álbum de estudio que grabaremos el próximo año. Al ser una banda inicialmente de club han venido muchos músicos invitados y eso nos ha hecho trabajar mucho el repertorio y ser muy felices. A veces nos acompaña el saxofonista Artem Zhulyev, y entonces ya es una locura porque el tenor se complementa muy bien en este repertorio. Este mes hemos participado en la película ‘The Chosen (El elegido)’ de Antonio Chavarrías con dos canciones originales y con nuestra interpretación en escena. Se estrenará el próximo año y relata la historia de Ramon Mercader y el asesinato de Trotsky.

Flamingo Tours, rock'n'roll salvaje. Foto: Noemí Elías

Y llegamos a Flamingo Tours… Flamingo Tours es una banda salvaje de rhythm’n’blues y rock’n’roll con temas propios desde su inicio, y que surgió por la necesidad imperiosa de saltar sobre el escenario. Lo primero que hicimos fue pedir a la sala Sidecar que nos dejara tocar un día fijo para crear el grupo y hacerlo sonar, y gracias a Roberto Tierz lo conseguimos. Grabamos un primer single con Sleazy Records, ‘Clap Your Fingers’ (2013), y más tarde, y gracias a la creación de A Wamba Buluba Club, con su promotor, el DJ Turista Bang Bang, pudimos sacar un primer EP, ‘Stopover Flight’ (2014), con el nuevo sello Wamba Records. Con Flamingo hemos creado todo un mundo icónico de viajes y con una narrativa fantástica que nos ayuda a recrear los paisajes que queremos transmitir con nuestra música. Ahora estamos preparando nuestro primer larga duración y tenemos unas canciones atómicas para ir al estudio en julio. En Flamingo encontrareis a músicos increíbles, como Jordi Mena a la guitarra, un maestro que arregla, compone y es uno de los mejores guitarristas con los que he actuado nunca; Jorge Rebenaque, un pianista que toca el Hammond en la tradición más brutal, y Lere Mases, contrabajista y compositor, culpable de una buena parte de las canciones.

No te dejes a The Rhythm Treasures… Como en Flamingo hay ganas de tocarlo todo y a toda máquina, quise tener un lugar donde hacer rhythm’n’blues tradicional de los cincuenta y principios de los sesenta: The Rhythm Treasures. Estamos preparando el primer single con temas nuestros. En el grupo está Artem Zhulyev, uno de los mejores saxofonistas que conozco. Además de todos estos maravillosos proyectos, colaboro con la Barcelona Big Blues Band con parte de mi repertorio más rhythm’n’blues, y presentaremos un EP el 15 de julio en el Jamboree. ¿Qué te parece? ¡Hay tantas cosas por hacer! Jajaja.

Portada del primer álbum de Magnolia, grabado en directo

¿Tienen todos estos proyectos algo en común? Sí, yo…jajajaja. Y la música que escucho y que me gusta, que viene toda de la misma madre, el blues. Sin el blues nada de esto sería posible. Por eso empecé esta etapa con Amadeu, porque es la tierra. Del blues al rhythm’n’blues hay un paso muy pequeño. Y el jazz… el jazz es un lenguaje, un modo de mirar a caballo entre la improvisación y conocer la música, pensarla… Lo que hago con Magnolia es bastante ‘abluesado’, jajaja. Y el rock’n’roll es una actitud para mí, va todo junto si lo miro desde mi época. Hay tantos grupos que molan que hacen estas mezclas deliciosas de rhythm’n’blues, garage, surf, rock’n’roll: los más arraigados y locos de Carolina, los más punks de San Francisco y los más tradicionales de Nueva Orleans. Todos fantásticos, todos con la misma oreja. La música es el idioma universal más cojonudo que existe.

¿Cuál es tu referente como cantante, tu heroína o héroe musical? Una pregunta inabarcable… Para mí, toda la gente que he escuchado con ganas durante años son héroes. No es preciso que sean cantantes… No terminaría nunca… De los más conocidos, Sister Rosseta Tharpe, Big Mama Thornton, Billie Holiday, Howlin’ Wolf, Brenda Lee, Dick Dale, Irma Thomas, Ruth Brown, Wynona Carr, Mable John, Mary Wells, Janis Martin, Johnny Burnette, Wanda Jackson, Sam Cooke, Bill Withers, Little Milton, Little Willie John, Hank Williams, Dina Shore, Sara Vaughan, Louis Prima, Big Maybelle, Ella Fitzgerald, Jackie Wilson, Louis Armstrong, Lil Green, Ma Rainey, Hasil Adkins, Louis Jordan, Big Joe Turner, The Trashmen, The Sonics, incluso Trini López y la Gelu… Te los digo tal como me vienen, sin pensar demasiado. Y tienes razón, por encima de todos está Etta James. De todos modos, pienso que no todo el mundo, por desgracia, escucha la música más buena del mundo desde pequeño. En mi casa se escuchaba clásica, coplas, Machín, zarzuela, pop y La Trinca. A mi hermano le gustaban los ZZ Top y Motörhead…estos sí que molan… Y yo sólo oía lo que ponían en la tele. Así que cuando empecé a escuchar música yo sola con el walkman quizá tenía 13 o 14 años, y fue blues, punk y rockabilly, que era lo que escuchaban mis amigos… la música que todavía escucho ahora. Dicen que si quieres saber si has conseguido lo que querías en la vida tienes que recordar estas cosas… y, en mi caso, se ha cumplido totalmente. Soñaba con poder cantar esta música, y es lo que hago cada día.

En directo, interpretas temas como ‘Market Place’ de Etta James con un sonido basado en el piano rumba de Professor Longhair. Hace poco colgaste una foto de un libro sobre Nueva Orleans, ‘New Orleans Suite’. ¿Ha influido de alguna manera la música de esa ciudad en tu carrera y en tu repertorio? ¿Tienes algún artista favorito de allí? Este es un tema que hace muchos años que conozco y que me encanta. Me gusta a rabiar todo lo que has dicho, jajaja: Etta, New Orleans y el Professor Longhair. Ha influido porque me encanta la música de Nueva Orleans, of course… esta manera de tocar el piano… ‘Tipitina’… ohhh, es una maravilla. Y sí, me gusta el second line, el zydeco y el jazz tradicional, mirar vídeos de la gente vistiéndose por Mardi Gras… Este libro lo compré por Lewis Watts, que saca unas fotos que te vuelves loco. También ha hecho trabajos en San Francisco. Aquí hablan un poco de cómo después del Katrina se ha adaptado la tradición cultural de la gente… la alegría de vivir que tiene esta música. Los funerales de Nueva Orleans son los más bonitos del mundo.

¿Has estado en Nueva Orleans? No en esta vida. No sé cómo contaban los griegos eso de la anamnesis, que recuerdas todo lo que no has vivido. Jajajaja. A mí me pasa eso con esta música: no sé de dónde viene este amor que le tengo. Creo que el día que me haga un viaje coast to coast, que haré con Noemí Elías (incluso tenemos un contrato firmado) me decepcionaré mucho, lo sé. Ser turista siempre da mucha pereza. Además, cuando sea mayor iré de gira allí.

¿Qué crees que tiene Nueva Orleans que atrae a músicos de todo el mundo y que hace que muchos incluso se queden a vivir? ¿Te plantearías dar el salto? Creo que es la magia de la mezcla… Es como para un arqueólogo ir al Gran Valle del Rift, «donde nació la humanidad»… Jajaja, no sé… No hay tiempo para todo en esta vida y yo quiero cantar, no quiero ni hacer vacaciones nunca… Si llego allí, pues genial… Me encantaría ir a tocar, pero tanto como para vivir, no sé… Cuando era más joven siempre quería ir a San Francisco a vivir, pero ya me ha pasado… No he vivido nunca más lejos de Londres.

Uno de los rasgos característicos de Nueva Orleans es que la escena musical es muy colaborativa. ¿Se podría decir que en Barcelona pasa algo similar? Quiero pensar que sí: los músicos profesionales tocan entre ellos y se ayudan… eso lo hacemos bastante. Pero las jams no sé si hacen que los músicos tengan más trabajo o que este sea más precario y que haya más gente en los bares; sería un tema de debate. A nivel colectivo se colabora, pero el músico no es mucho de asociarse, todos van un poco a la suya. Está la Societat de Blues que ha cumplido ya diez años, y otras asociaciones que intentan sindicarnos, como Musicat. Existe cierta energía participativa, pero creo que no hay mucho reconocimiento institucional al músico callejero; parece que todavía seamos bufones de la corte. ‘Venga, tócate algo’, dice uno. ‘Vente esta noche a la jam; os invitamos al bocata’. Hay demasiada chirigota… Eso, o el músico intratable que cobra 1.500 millones por hora… Existe un extremo y el otro y, en definitiva, poco en medio. No sé cómo es Nueva Orleans, pero aquí todavía hay mucho trabajo por hacer. Lo que sí tenemos es muy buena música y muy buenos músicos, eso sí. Pobres, pero buenos…jajajaja.

¿Te consideras una ‘investigadora’ del blues, en el sentido de buscar canciones poco conocidas de gente como Big Mama Thornton, Skip James, Tampa Red, Bessie Smith, Charlie Patton, Ma Raney o Robert Johnson? Por supuesto. En la música, si no has ido al conservatorio (y si lo has hecho, también) la mejor manera de aprender es escuchando y tocando. Además, la oreja se cansa de oír siempre lo mismo, se pierde la creatividad. Cuando encuentras cosas nuevas y bonitas descubres, y descubrir siempre te cambia; empiezas un viaje que te llevará a algún lugar interesante. A mí me encanta tirar de los hilos… que una cosa lleve a la otra… Quién tocó en este disco, dónde se grabó, qué música se escuchaba en ese momento, qué se bailaba, dónde… Ver películas, documentales, fotos, todo. Y viajar.

Cuando se trata con este tipo de material ‘antiguo’, ¿cuál es el límite para no caer en una simple imitación retro y, en cambio, hacerlo sonar como nuevo o contemporáneo? Hombre, pues la diferencia para mí es el interés y la creatividad: si buscas algo que no tiene nadie sólo por ser ‘el más guay’ o para ser más comercial, pues sonará a imitación, probablemente. Y si buscas por placer, porque te gusta y eres honesto y todo lo que encuentras lo vas incorporando a tu propio estilo, a tu repertorio, que es lo que se ha hecho siempre, pues acertarás. Esto y no otra cosa es la tradición. Para mí, algo es ‘imitación’ cuando te gusta un rato y después ya se olvida… No hay profundidad estilística porque no conozco el género, simplemente me acerco por la estética. Esto no es tradición, es tendencia, que también está bien.

Has hecho de DJ como Miss Powerful en las sesiones Raw Rebels del Sidecar, y recientemente también en el Milano. ¿Qué tipo de música te gusta pinchar? ¡Sí! Y en el Marula dentro del A Wamba Buluba Club y en el Stash del Apolo. Me gusta mucho, pero no me gusta ir a dormir muy tarde, así que lo hago poco. Otro hándicap es cómo se pincha. A mí me gustaría pinchar los originales, pero no puedo. Entonces debes elegir si quieres enseñar unas canciones aunque las hayas comprado en internet y las pongas en un CD, o si debes tener una colección… Yo creo que el segundo caso siempre es mejor por la sacralidad del asunto. Respecto a tu pregunta, en el Sidecar pincho más rhythm’n’blues salvaje, garage y rock’n’roll; en el Milano más exotica, jazz y rhythm’n’blues tranquilito; y en A Wamba, canciones para bailar, rhythm’n’blues a tope e incluso una poco de northern soul, surf … ¿Te paso algunas y las pones? Es que esto de explicar la música con palabras… jajaja…

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