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Stevie Ray Vaughan, feliz cumpleaños en directo

Stevie Ray con los músicos que participaron en el concierto del Carnegie Hall

Para muchos (entre los que me incluyo) fue el último gran innovador de la guitarra eléctrica en el blues, aunque su genialidad iba más allá de los límites de un único estilo. Un día como hoy de 1954 nacía en Dallas, y por eso evocamos un álbum en directo que grabó, precisamente, en un concierto muy especial para celebrar su 30º cumpleaños.

Es un fenómeno inexplicable que solo ocurre en el mundo de la música: la aparición de discos póstumos de artistas desaparecidos hace tiempo. Stevie Ray Vaughan (1954-1990) es un ejemplo claro: The Sky Is Crying (1991) abrió la brecha de otras grabaciones inéditas, como Live At Carnegie Hall (1997).

Sin embargo, este álbum fue mucho más que una simple maniobra discográfica para seguir exprimiendo el talento de un difunto, al documentar un momento especial en la vida y carrera del guitarrista texano, la celebración de su 30º cumpleaños, con un concierto especial en el templo de la alta cultura celebrado el 4 de octubre de 1984.

Desde su irrupción en 1981, Vaughan y los Double Trouble (el batería Tommy Shannon y el bajista Chris Layton) «incendiaron» todo tipo de escenarios, desde el club Antone’s de Austin hasta el festival de jazz de Montreux, pero aún les quedaba un lugar, el Carnegie Hall.

Para esta ocasión, y por primera y única vez en su historia, los Double Trouble ampliaron su formación con una sección de metales (la de Roomful Of Blues), un teclista (Dr. John), un segundo batería (George Rains), otro guitarrista (Jimmie Vaughan, el hermano de Stevie) y una cantante (Angela Strehli).

El objetivo de Vaughan esa noche era tocar la música de sus héroes, aquellos que nunca actuaron en el Carnegie Hall. Y eso es lo que encontramos en el disco, explosivas versiones de Guitar Slim (el contagioso Letter To My Girlfriend y el desgarrado The Things I Used To Do); Albert King (el trepidante rhythm’n’blues C.O.D., con el protagonismo instrumental de Dr. John y la voz de Angela Strehli); Albert Collins (el temazo blues-swing Iced Over), y W.C. Clark (Cold Shot).

Vaughan también echó mano de su propio material, desde la artillería pesada de Scuttle Buttin’, con su digitación sorprendentemente acelerada, hasta sus peculiares homenajes al rock’n’roll de Chuck Berry (Love Struck Baby y Rude Mood), sin olvidar sus temas más populares (Honey Bee y Pride And Joy) ni las muestras de su sensibilidad (Dirty Pool y ese precioso Lenny, todo un alarde de técnica).

Live At Carnegie Hall contenía lo mejor de Vaughan: su voz negroide y su estilo de tocar la guitarra siempre sorprendente, capaz de pasar del rugido a la ternura.

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