Que te comparen con Janis Joplin y Bonnie Raitt ya tiene su mérito. Y que el mismísimo Bob Dylan te invite a abrir uno de sus conciertos, aún más. A los 29 años y con apenas un par de álbumes, esta cantante y guitarrista norteamericana de blues consiguió ambas cosas.
Criada en un barrio de Boston, Susan Tedeschi, nacida el 9 de noviembre de 1970, empezó con la colección de discos de su padre, viejas grabaciones de Lightnin’ Hopkins y Mississippi John Hurt, antes de debutar como cantante en el coro de la iglesia.
A partir de los 13 años frecuentó diversas bandas hasta que a los 18 creó su propio grupo, The Smokin’ Section, con el que pronto ganó reputación en la escena de Boston.
Tras conocer a la guitarrista Adrienne Hayes, en 1993 formó The Susan Tedeschi Band, y en 1995 debutó con Better Days. Desde entonces, ha hecho giras con Buddy Guy, Jonny Lang, B.B. King, Dr. John y Delbert McClinton.
En su segundo trabajo, Just Won’t Burn (1998), Susan tuvo la oportunidad de mostrar su talento como cantante, dotada de una voz áspera y apasionada, con tendencia al estilo shouter, y como guitarrista, influida por Magic Sam y Freddie King.
Aunque en el álbum la atractiva bostoniana se explayaba más con la voz, algo que ya quedaba claro en el primer tema, el robusto Rock Me Right, y especialmente en las baladas: It Hurt So Bad, un temazo con sonido años cincuenta donde nos deleitaba con sus rugidos y gritos desgarradores, con el concurso del saxo Sax Gordon; Just Won’t Burn, más cerca del soul, y la versión del Angel From Montgomery de John Prine, con slide y violín para dar el toque country.
Las otras dos adaptaciones del disco eran el Little By Little de Junior Wells (con una espléndida armónica) y el (Mama) He Treats Your Daughter Mean de Ruth Brown.
Como compositora, Susan aportaba guiños de reggae (You Need To Be With Me), se acercaba a la austeridad característica de un Muddy Waters (Friar’s Point) y pisaba el terreno de las cantautoras contemporáneas (Found Someone New).
Y ya que como guitarrista se mostraba más bien comedida, Susan se apoyaba en el excelente trabajo del (entonces) joven de 18 años Sean Costello, un versátil instrumentista, pletórico e imaginativo, que pasaba con facilidad del rockabilly a la fiereza a lo Stevie Ray Vaughan.
Con sus trabajos posteriores –Wait For Me (2002) y el directo Live From Austin, TX (2004)–, la carismática Tedeschi no dejaba de ser otra de esas chicas atractivas con guitarra, aspirantes a heredar el trono de Bonnie Raitt. Pero la providencial intervención de Joe Henry, el mismo productor que relanzó a la veterana Bettye LaVette, dio un giro a su carrera.
En Hope And Desire (2005), Susan dejó su faceta de guitarrista blues-rock resultona para transformarse en una arrolladora cantante de soul. Por eso, a pesar de aparecer en las fotos con su instrumento habitual, en aquella ocasión lo aparcó y lo dejó en manos de su marido, Derek Trucks (de The Allman Brothers Band y The Derek Trucks Band), y de Doyle Bramhall, Jr.
Con un acompañamiento instrumental austero (sin metales), Tedeschi se erigió en una maestra del soul en todos sus estilos, con una colección de versiones de temas popularizados por Fontella Bass, Bob Dylan, Ray Charles, Aretha Franklin, Otis Redding, The Four Tops, Donny Hathaway y Richie Havens, entre otros: desde las grandes baladas destrozacorazones (Soul Of A Man) hasta los ritmos más bailables y pegadizos (Tired Of My Tears), sin olvidar el góspel más poderoso (Magnificent Sanctuary Band, con The Blind Boys Of Alabama).
¿Y el blues dónde quedaba? Pues en las canciones que abrían y cerraban el álbum: el You Got The Silver de The Rolling Stones y el desnudo The Danger Zone de Percy Mayfield.
Con la excelente producción de Joe Henry, Tedeschi grabó, sin duda, el mejor álbum de soul de 2005, y eso sin contar con músicos de sesión legendarios.
Su siguiente trabajo –y último en solitario hasta ahora– fue Back To The River (2008), coproducido por Derek Trucks y George Drakoulias, en el que volvió a empuñar la guitarra para regresar de nuevo al blues-rock.
A partir de entonces formó una superbanda con su marido, Tedeschi Trucks Band, con la que debutó en 2011 con Revelator –Grammy al mejor álbum de blues–, al que seguirían otros álbumes en estudio y en directo hasta llegar a Signs (2019), su grabación más reciente.