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El peso de la voz de Levon Helm

La tradición. Foto: Ahron R. Foster

Entre muchas otras cosas, fue el batería y cantante de The Band, pero su carrera en solitario resulta igualmente ejemplar. Para recordar la fecha de su desaparición, le rendimos homenaje con la crítica de uno de sus mejores álbumes como solista.

Nacido Mark Lavon Helm el 26 de mayo de 1940 en Elaine (Arkansas), el músico y actor Levon Helm pasó a la historia sobre todo por ser batería y cantante de los míticos The Band, con una voz profundamente enraizada en el country. En el recuerdo queda su interpretación, por ejemplo, del himno The Weight.

Antes de eso, acompañó a Ronnie Hawkins con The Hawks, quienes, tras separarse del cantante de rockabilly, participaron como grupo de Bob Dylan en la polémica primera gira eléctrica del bardo de Duluth. En 1968, The Hawks –Helm, Robbie Robertson, Garth Hudson, Rick Danko y Richard Manuel– se transformaron en The Band. El resto es historia.

Tras la desaparición de La Banda en 1976, documentada en la película El último vals (Martin Scorsese, 1978), Helm combinó su faceta como actor con su carrera en solitario, con los álbumes Levon Helm & The RCO All-Stars (1977), Levon Helm (1978), American Son (1980) y Levon Helm (1982).

Helm (en el centro) con el resto de componentes de The Band

En 1983 resucitó a The Band sin su guitarrista y compositor Robbie Robertson, y la formación publicó tres álbumes –Jericho (1993), High On The Hog (1996) y Jubilation (1998)– antes de su separación definitiva.

Después de recuperarse de un cáncer de garganta, organizó en su casa y estudio de Woodstock The Midnight Ramble Sessions, una serie de conciertos con The Levon Helm Band, recogidos en dos volúmenes en 2005. Y llegó Dirt Farmer (2007), su primer álbum en estudio como solista en veinticinco años.

Con la coproducción de su hija Amy Helm (del grupo Ollabelle, varios de cuyos componentes también colaboraban) y del multinstrumentista Larry Campbell (guitarrista habitual de la banda de Dylan), Levon rendía tributo a su familia, con canciones tradicionales que aprendió de niño en la Arkansas rural.

A pesar del carácter vetusto de la mayoría del material (por la época en la que fue compuesto), el álbum no sonaba retro en absoluto, sino con la misma pátina de modernidad –moderada, eso sí– que Ollabelle imponía a sus grabaciones.

Esto se traducía en una hábil combinación de instrumentos eléctricos con acordeones, violines y mandolinas y efectivas armonías vocales. Eso sí, la peculiar voz de Levon no desentonaría en las grabaciones de campo de Alan Lomax de los años veinte y treinta.

En Dirt Farmer rescataba cánticos bluegrass (False Hearted Lover Blues, Little Birds, The Blind Child) y folk (The Girl Left Behind), junto con adaptaciones de la Carter Family (Single Girl, Married Girl) y J.B. Lenoir (el blues-góspel Feelin’ Good).

Pero también flirteaba con material más contemporáneo, e interpretaba grandes versiones del The Mountain de Steve Earle, el Wide River To Cross de Buddy & Julie Miller, el country-blues Got Me A Woman de Paul Kennerley y el vals cajun Poor Old Dirt Farmer de los Strange Creek Singers.

Nadie habría apostado un euro por el regreso de Levon Helm y, sin embargo, Dirt Farmer fue un comeback por todo lo grande y ganó el Grammy al mejor álbum de folk tradicional.

Después de este trabajo, publicó Electric Dirt (2009) y el directo Ramble At The Ryman (2011) –ambos merecedores del Grammy al mejor álbum de americana en 2010 y 2012, respectivamente–, y participó en el disco colectivo The Lost Notebooks Of Hank Williams (2011).

Helm murió el 19 de abril de 2012 a los 71 años a consecuencia del cáncer.

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