Cuando anuncié en las redes la publicación del artículo sobre Wilco, uno de mis fieles seguidores me hizo caer en la cuenta de que no había citado a uno de los componentes del grupo que más aportó a su sonido primerizo. Por eso hoy reparamos ese error.
Me refiero a Jay Bennett (1963-2009), cantante, multinstrumentista –guitarra, banjo, mandolina, lap steel, teclados, batería, percusión y armónica–, compositor, ingeniero de sonido y productor, fallecido prematuramente a los 45 años.
Encontramos su huella en los álbumes Being There (1996), Summerteeth (1999) y Yankee Hotel Foxtrot (2002), y en los dos volúmenes de Mermaid Avenue (1998 y 2000), la colaboración de Wilco con Billy Bragg para musicar letras inéditas de Woody Guthrie.
Su etapa con la banda de Chicago se sitúa aproximadamente entre 1995 y 2002, hasta que lo dejó por sus discrepancias con su lider Jeff Tweedy, como se cuenta en el documental I Am Trying To Break Your Heart (Sam Jones, 2002).
Tras su ruptura con el grupo, Bennett publicó cinco álbumes como solista: Bigger Than Blue (2004), The Beloved Enemy (2004), The Magnificent Defeat (2006), Whatever Happened I Apologize (2008) y Kicking At The Perfumed Air (2010).
Además, colaboró en grabaciones de Sheryl Crow, Allison Moorer, Billy Joe Shaver, Tim Easton, Steve Forbert y Blues Traveler, entre otros. En 2021 se estrenó un documental sobre su vida y su carrera, Where Are You, Jay Bennett?, dirigido por Gorman Bechard y Fred Uhter.
Así que vamos a recordarlo con su penúltimo álbum, The Magnificent Defeat. ¿Puede una derrota ser magnífica? En determinadas ocasiones, sí. Y el mismo oxímoron aplicado al título de ese disco es una de esas situaciones.
Bennett empezó a trabajar en su cuarto álbum tres años antes de su publicación. Tras una serie de fatales acontecimientos (la muerte de varios parientes, un divorcio, etc.), dejó de tocar en directo y se refugió en su estudio.
De allí surgieron unas setenta canciones, compuestas sin límites de tiempo ni imposiciones. Esta circunstancia le permitió experimentar por puro placer, y de ahí salió un disco tan especial como este.
Junto con su colaborador habitual Edward Burch y antiguos colegas de Wilco (Ken Coomer y John Stirratt), conseguía un sonido único procedente de la variedad de instrumentos y objetos usados: entre ellos, juguetes con campanas, y una batería hecha con láminas de metal.
En el fondo, se trataba de canciones de estructura pop modélica. La sorpresa la encontrábamos en la forma, con un envoltorio de extraños sonidos y efectos curiosos. No obstante, el disco era mucho más que simple pop, y también había destellos de country-rock y folk.
The Magnificent Defeat podía ser el fruto de una derrota personal de Jay Bennett, pero no por ello dejaba de ser un álbum espléndido.