Los Ángeles, y más concretamente la zona conocida como East L.A., ha sido el caldo de cultivo de una serie de artistas chicanos que han conseguido el triunfo a nivel global. En los cincuenta fue Ritchie Valens; en los sesenta, Cannibal & The Headhunters y Thee Midniters; en los ochenta, Cruzados y The Plugz; y en los noventa, The Blazers y El Vez. Por eso no es extraño que Los Lobos surgieran en este contexto.
David Hidalgo (voz, guitarra, acordeón, violín, requinto jarocho) y Louie Pérez (voz, guitarra, batería, jarana huasteca), junto a César Rosas (voz, guitarra, bajo sexto) y Conrad Lozano (voz, bajo, guitarrón) crearon en 1973, en plena época del Chicano Power, de la exaltación política y cultural de las raíces mexicanas, Los Lobos del Este de Los Angeles, para tocar música tradicional con instrumentos folklóricos.
Tras patearse el East L.A. durante años en fiestas y banquetes de boda con su repertorio de más de 150 canciones tradicionales, en 1976 editaron Sí se puede!, un álbum de canciones de folk mexicano en torno al activista César Chávez con distintos vocalistas, al que seguiría Del este de Los Ángeles (Just Another Band From East L.A.) (1978).
Pero el barrio les quedaba pequeño y, en 1980, Tito Larriva (líder de The Plugz, Cruzados y Tito & Tarántula) los metió de teloneros de Public Image Ltd. En plena vorágine punk, junto a grupos como X y Circle Jerks, sorprendieron con su mezcla explosiva y enérgica de rock, blues, tex mex, country, rhythm’n’blues, soul y música norteña. En esa época fue decisiva la intervención de sus amigos y compañeros de escenario The Blasters, cuyo saxofonista, Steve Berlin, se convertiría en el quinto lobo.
En 1982 consiguieron un contrato con Slash Records, y un año después publicaban el EP …And A Time To Dance, al que seguirían How Will The Wolf Survive? (1984, producido por T Bone Burnett), y By The Light Of The Moon (1987). El grupo saltó a la fama internacional en 1987 con la banda sonora de La bamba, una película biográfica sobre Ritchie Valens, número 1 de las listas.
Lejos de aprovecharse de ese éxito masivo, Los Lobos dieron otra vuelta de tuerca: primero, con una grabación de folklore puro y duro, La pistola y el corazón (1988), y con su regreso al rock, The Neighborhood (1990). Y del sonido inicial basado en las raíces del rock’n’roll y el tex mex, evolucionaron hacia un estilo más personal y complejo, la Lobo music.
Kiko (1992) fue el detonante (y el inicio de su colaboración con los productores Tchad Blake y Mitchell Froom), y la mutación seguiría en Colossal Head (1996) y This Time (1999). En el ínterin, publicaron el excelente recopilatorio Just Another Band From East L.A. A Collection (1993), y Papa’s Dream (1995), un disco infantil junto a Lalo Guerrero.
El nuevo siglo ha sido especialmente prolífico para el grupo, con los álbumes en estudio Good Morning Aztlán (2002), The Ride (2004, con invitados como Elvis Costello, Dave Alvin, Little Willie G., Tom Waits y Rubén Blades, entre otros) –complementado con Ride This. The Covers EP (2004), donde versionaban a varios de esos ilustres colaboradores-, The Town And The City (2006), Tin Can Trust (2010) y el recién publicado Gates Of Gold (2015). Este último ha coincidido con la edición de la biografía Los Lobos. Dream In Blue, de Chris Morris.
A esos trabajos, hay que sumar los directos Live At The Fillmore (2005) –el primer disco en vivo de su carrera, también editado en un DVD con un setlist diferente-, Acoustic en vivo (2005) –un documento de sus giras acústicas-, Kiko Live (2012, interpretando íntegramente su mítico álbum de 1992; también en DVD) y Disconnected In New York City (2013, otro concierto acústico, celebrando su 40 aniversario), además de la espléndida caja El Cancionero. Mas y mas (2000) y otro monográfico infantil, Los Lobos Goes Disney (2009).
Aparte de colaborar en discos de John Lee Hooker y Paul Simon (entre muchísimos otros que podréis descubrir en las dos próximas sesiones) y en tributos a Grateful Dead, Buddy Holly, Doc Pomus, Fats Domino y Doug Sahm, de incluir sus canciones en filmes como Colors (1988), Super Nacho (2006) y Rango (2011) o de componer el score instrumental de Desperado (1995) y Feeling Minnesota (1996), los componentes de Los Lobos iniciaron diversos proyectos paralelos: los experimentales Latin Playboys, con Latin Playboys (1994) y Dose (1999), y el supergrupo latino Los Super Seven, con tres álbumes entre 1998 y 2005. Rosas debutó en solitario con Soul Disguise (1999). Por su parte, David Hidalgo creó el dúo de blues Houndog ese mismo año junto a Mike Halby, con un único disco homónimo.
Los Lobos han dejado su huella en grupos como The Iguanas, The subdudes, Tito & Tarántula, Chingón, Los Lonely Boys, Los Texmaniacs, La Santa Cecilia, Los Fabulocos (con Kid Ramos), The Mavericks, Ozomatli e incluso Morphine, pero sin duda guardan una especial relación con The Blazers, conocidos como «los primos más rockeros de Los Lobos». El mismísimo César Rosas produjo sus dos primeros álbumes (Short Fuse, de 1994, y East Side Soul, de 1995).