
Es una de las cantantes contemporáneas de country que más expectación despertó con su estreno en largo, Not The Tremblin’ Kind (2000), que ahora celebra su 20º aniversario. A su magnífica voz hay que sumarle su erudición, como demuestra en sus programas de radio donde lo tradicional se mezcla con lo reciente. El mismo año de su debut respondió por mail a un extenso cuestionario… con muy buena nota, por cierto.
Un fragmento de su bello rostro iluminaba la portada del single The Guitar (The Lion Sleeps Tonight) (1992) de They Might Be Giants, mientras que la frase «featuring Laura Cantrell» indicaba su complicidad con el grupo de John Flansburgh y John Linnell. Ocho años después, Laura Cantrell estaba considerada «la voz más dulce del country en Nueva York«, una descripción que le hacía sentirse «muy halagada», la misma emoción que le producían las comparaciones con damas como Nanci Griffith, Emmylou Harris, Dolly Parton, Kitty Wells o Joni Mitchell, aunque matizaba: «No estoy realmente de acuerdo, ¡pero menuda lista para ser comparada!«.
En esta ocasión, la entrevista se llevó a cabo sin pasar por el filtro de su discográfica. Así que contacté directamente con ella vía correo electrónico y le envié un cuestionario. Algunos días después, recibí sus respuestas con esta introducción: «Señor Miquel Botella, primero déjeme agradecerle por su interés en mi música y en mi álbum. También aprecio su paciencia por mi respuesta tardía. Parece que usted y yo tenemos algunas cosas en común: escribir, la radio y, probablemente, demasiado poco tiempo para las muchas otras obligaciones de la vida«. (Por cierto, las palabras en mayúscula las escribió así).

Me gustaría que me hablaras de tu pasado. ¿Qué escuchabas de pequeña? ¿Existía una tradición musical en tu familia? Crecí en Nashville y, aunque no lo supe en ese momento, en esa ciudad definitivamente estás rodeado por el country. DISFRUTAR esa experiencia está por encima de tus gustos y de tu background, sean los que sean. No provengo de una familia de músicos per se, pero a mi padre le gustaba el bluegrass y el viejo country, y eso se me «contagió», de alguna manera. Cuando era adolescente, mis amigos y yo ODIÁBAMOS el country; era el de finales de los setenta y principios de los ochenta. Nos gustaba lo que entonces se consideraba cool, sobre todo el rock malo de la radio. Pero yo siempre «amé en secreto» a Kitty Wells, Patsy Cline y Loretta Lynn. Y cuando a mediados de los ochenta me trasladé a Nueva York para ir a la universidad, encontré a muchos amigos interesados en el folk y en el country tradicional. Allí es donde empecé a hacer radio, a actuar en directo y también a escribir un poco.
Naciste en Nashville, pero ahora vives en Nueva York. ¿Por qué dejaste tu ciudad? ¿Llegaste a intentar trabajar allí como compositora o intérprete? No he vivido en Nashville desde que empecé a tocar. La escena ha cambiado mucho en los últimos años, es más abierta y también respetuosa con el country tradicional. BR5-49 contribuyeron realmente a eso. Allí también hay ahora mucha más gente procedente de Nueva York. Así que, cuando ahora vuelvo a casa, acostumbro a ver actuar a gente a la que normalmente veo en Nueva York, como Amy Rigby o Greg Trooper. Deseo tener la oportunidad de tocar en Nashville algún día.
The Hangdogs tienen una canción titulada They Don’t Play No Country On The East Side Of New York. ¿Puedes tocar country en Nueva York? NY es una ciudad donde CUALQUIER clase de música es interpretada en algún lugar. De hecho, hay un pequeño pero agradecido público country en Manhattan. ¿Sabes que una vez actuaron durante una semana Jim Lauderdale, Buddy y Julie Miller y Shawn Colvin en un bar country de Nueva York? ¡Imagínate esa jam session cada semana! Emmylou Harris y Lucinda Williams también actuaron allí en sus primeros años.
¿Cuál fue tu experiencia musical previa a Not The Tremblin’ Kind? Antes de eso toqué por la ciudad con la banda que está en el álbum. Sentíamos que la cosa funcionaba y que debíamos grabar algo. También canté con They Might Be Giants y en 1996 publiqué un EP homónimo para su sello Hello Recording Club, producido por John Flansburgh. Los dos Johns de los Giants son vecinos míos aquí en Brooklyn. Durante los últimos siete años he hecho un programa de radio, «The Radio Thrift Shop», y en él hay mucha música en directo, tanto de bandas en gira como de artistas locales. Así que me siento muy conectada con la escena neoyorquina.

¿Te consideras una artista de country? Sí, eso es.
¿Cuáles son tus influencias como compositora y como cantante? Si pudiera componer como quien quisiera, escogería a Willie Nelson, Merle Haggard o Cindy Walker. Y si pudiera sonar como quien quisiera, sería Mary Ford o Rosemary Clooney. ¡Pero solo es mi imaginación! Definitivamente, estoy muy influida por Emmylou Harris, porque ella es una artista tan grande que puede hacerlo todo: liderar una gran banda, escribir una buena canción, escoger material excelente y cantar hasta que sale el sol. Es una gran fuente de inspiración.
¿Qué piensas del country actual? Aparte del country-pop promovido por la industria de Nashville, tenemos dos movimientos: el alt country (con sellos como Bloodshot y artistas como Sally Timms, Robbie Fulks y Neko Case), y los nuevos tradicionalistas (Wayne Hancock, Hank Williams III, Dale Watson, BR5-49). ¿Representas alguna de estas dos facetas? Me siento un poco en ambos «campos», como tú lo has descrito: un poco alternativa, un poco tradicional. Solía decantarme más por el lado tradicionalista, pero he aflojado un poco. Me encantan esas viejas canciones, pero no puedo escribir exactamente de esa forma. Siento un gran respeto por artistas como Sally Timms, The Waco Brothers, Robbie Fulks, BR5-49 y Wayne Hancock. También me gustan Dale Watson, Buddy y Julie Miller, Steve Earle y Lucinda Williams. No creo que todos esos músicos estén tan lejos; tienen diferentes aproximaciones a lo que yo hago. Quizá algunos son más compositores, y otros más entertainers o vocalistas.
Nacida en Nashville, residente en Nueva York, con un debut publicado por un sello de Glasgow… ¿No es demasiado inusual para una artista de country? SÍ, ESO ES MUY EXTRAÑO, pero a veces el mundo funciona así. Estoy muy agradecida por el interés de Francis Macdonald –el batería de Teenage Fanclub y creador del sello–, y su buena disposición para sacarlo adelante. También los Radio Sweethearts –el grupo escocés de country-rock donde también militaba Macdonald– fueron maravillosos cuando fui a Glasgow y toqué con ellos. Hicieron que ese viaje fuera muy fácil y agradable.

Hablemos de Not The Tremblin’ Kind. Tiene muchos estilos diferentes: roots rock (en la canción titular), tex-mex (Do You Ever Think Of Me), rig rock (Big Wheel), honky tonk (Somewhere,Some Night), two step/valses (The Whiskey Makes You Sweeter)… ¿Pretendías ofrecer un amplio paisaje de la música americana con raíces desde un punto de vista urbano? Nuestra intención fue encontrar un buen lugar musical para cada canción. Queríamos cosas interesantes, no solo baladas o temas rápidos. Una buena mezcla de tempos y estilos. Todos los componentes de mi banda –Jay Sherman-Godfrey a la guitarra y producción, Will Rigby a la batería, Jon Graboff a la pedal steel, mandolina y guitarra de doce cuerdas y Jeremy Chatzky al bajo– tienen mucho talento. Queríamos mostrar un poco de lo que somos capaces. Definitivamente, quería un tema honky tonk en el disco (Somewhere, Some Night), porque es un tipo de canción menospreciada. Fue interpretada por Melba Montgomery en los años sesenta. Su hermano, Carl Montgomery, la compuso, y también coescribió «Six Days On The Road».
En tu debut utilizas algunos de los clichés del country: la carretera, la bebida… ¿Es un intento de ser respetuosa con la tradición o de ser crítica con las convenciones? Si me tropiezo con una buena canción con la que pueda identificarme, y da la casualidad de tener algunos clichés, no me importa. No estaba siendo crítica necesariamente, pero quería encontrar canciones que pudiera cantar de forma convincente, y hay algo en todas ellas con lo que me identifico.
¿Cómo escogiste las versiones? Todas –excepto Two Seconds, de Volebeats, y la citada Somewhere, Some Night– fueron compuestas por autores que respetaba del área de Nueva York –entre ellos, Amy Allison, la hija del mítico Mose Allison–. He visto a muchos de ellos interpretar esas canciones, o los he pinchado en la radio. Muchas de ellas se «pegaron» a mi cabeza y me hicieron querer aprenderlas.
Creo que las mejores canciones del álbum son tus propias composiciones. ¿Por qué solo hay cuatro? Gracias. Soy muy crítica conmigo misma como compositora, y no quería volver a grabar los temas que incluí en mi EP hace años. En el futuro, habrá más material propio. Pero me lleva mucho tiempo acabar una canción.

Háblame de los músicos del disco. Creo que los he teloneado a todos, excepto a Robin Goldwasser, quien cantó en directo conmigo durante años y está casada con John Flansburgh de los TMBG, y Mary Lee Kortes, de la banda neoyorquina Mary Lee’s Corvette. Ambas son cantantes asombrosas.
Not The Tremblin’ Kind –descrito por el legendario DJ John Peel como «mi álbum favorito de los últimos diez años y probablemente de mi vida«– abre el catálogo de un nuevo sello, Spit & Polish, así que se te puede considerar como su «imagen». ¿Sientes una especial responsabilidad por esta circunstancia? Me alegro de que fuera así. Me sorprendió un poco que fuéramos el «Spit CD 001», pero creo que fue una cuestión de timing, más que otra cosa.
Hablemos un poco de tus actividades paralelas aparte de tu carrera como solista. Trabajas de forma habitual con They Might Be Giants, a quienes muchos consideran una banda arty o experimental. ¿Cómo es tu relación con ellos? Como dije antes, somos vecinos. Son grandes músicos y grandes aficionados a la música. Me animaron mucho a través de los años y también han sido mis invitados en el programa de radio. ¡Me entusiasma que su sonido evolucione de forma que les mantiene demasiado ocupados!
También he descubierto que escribiste los textos interiores para dos reediciones de Tammy Wynette, D-I-V-O-R-C-E y Take Me To Your World / I Don’t Wanna Play House. ¿Eres una erudita de la historia del country? No soy realmente una historiadora, pero me gustan ciertos artistas y colecciono su música. Tammy es una de mis favoritas y, cuando esos discos fueron reeditados en CD, ya que nunca antes habían estado disponibles, pensé que deberían tener alguna información extra para celebrarlo. Me gustaría escribir un artículo sobre la historia del country en Nueva York. Pero eso ha estado en mi lista de «para hacer» durante años.

Presentas un programa radiofónico de country en la WFMU neoyorquina, The Radio Thrift Shop. ¿Puedes hablar de él? Creo que tienes un interés «arqueológico» en descubrir viejas grabaciones. Soy coleccionista de discos. Eventualmente, debes tener alguna razón para justificar todos esos vinilos antiguos. Un programa de radio es una buena forma para divertirse con discos viejos. También ponemos mucho material nuevo de artistas que ya he mencionado. Me gusta encontrar cosas, pero no soy demasiado científica en eso.
The Radio Thrift Shop ya no se emite, aunque aquí podéis escuchar las playlists de Laura desde el año 2000. Pero no ha dejado la radio, ya que en la actualidad presenta el programa States Of Country en Gimme Country, una magnífica emisora en streaming y app.
Este año, cuando se cumplen veinte de su debut Not The Tremblin’ Kind –después vendrían When The Roses Bloom Again (2002), Humming By The Flowered Vine (2005), Kitty Wells Dresses. Songs Of The Queen Of Country Music (2011), No Way There From Here (2013) y At The BBC (2016)–, Cantrell quiere celebrarlo de una manera especial.
Pero, a diferencia de otros «artistas» (por llamarlos de alguna manera) de géneros infumables como el reguetón o el trap que no sufren problemas económicos a la hora de financiar un mixtape, ha tenido que recurrir al crowdfunding para este proyecto. En lugar de hacer un disco tradicional, la idea es sacar una serie de singles digitales –con la colaboración de varios «amigos»– que después se reunirán en un CD. En esta página podéis encontrar toda la información.