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Sue Foley, la reina de hielo de Austin

Es, en este orden, una excelente compositora, una versátil instrumentista (que ha sabido huir del síndrome Stevie Ray Vaughan que afecta a casi todos los guitarristas afincados en Texas) y una cantante resultona (con una voz llena de expresividad). Echamos un ojo a la carrera de la canadiense en el día de su cumpleaños.

Nacida en Ottawa el 29 de marzo de 1968, Sue Foley fue descubierta por Clifford Antone (propietario del mítico local Antone’s de Austin y del sello discográfico homónimo) en los premios de blues W.C. Handy, cuando la canadiense estaba sentada junto al guitarrista Duke Robillard.

El paso siguiente para Sue fue trasladarse a Austin, uno de los puntos musicales más creativos, tanto para el blues como para el country, donde llegó en 1989. Una vez allí, se concentró en establecerse como guitarrista e intérprete de estándares de blues, y llegó a ser una figura destacada en la escena de la ciudad en los noventa. Además, ejerció como telonera de Buddy Guy y Koko Taylor, entre otros. A los 27 años, llegó a ser considerada «la intérprete femenina de blues más conocida en el negocio».

Desde su debut en 1992 con Young Girl Blues, Sue ha fascinado por un doble motivo: su estilo de tocar la guitarra (tanto eléctrica como acústica), y su voz, inocente y sexi al mismo tiempo, descrita como «en parte Sheryl Crow, en parte Bessie Smith, en parte Bonnie Raitt, en parte Billie Holiday», mientras que para otros recuerda a la de Rickie Lee Jones.

Con su cuarto disco, Walk In The Sun (1996), dio un paso adelante al potenciar su faceta como compositora y cantante y ofrecer, así, muestras de la evolución de su sonido. Si en sus álbumes precedentes –Young Girl Blues, Without A Warning (1993) y Big City Blues (1995)– alternaba las versiones con el material propio, en Walk In The Sun era autora de todas las canciones.

Producido por Stephen Bruton, un reputado músico de la escena de Austin, el álbum lo tenía todo para ser un bombazo. El tema inicial, Try To Understand, mostraba el abanico de posibilidades de Foley: se abría como un blues arrastrado y seco a lo John Lee Hooker para estallar a continuación con todo el colorido al estilo de New Orleans.

Give It To Me recobraba el sonido acústico de regusto retro a lo Bob Brozman, mientras que Wayward Girl se acercaba a los barrelhouse frecuentados por Bessie Smith, al igual que Train To Memphis, para lucimiento del piano de Riley Osbourn.

Inevitablemente, la huella de Stevie Ray Vaughan aparecía en Better y en el potente instrumental The Snake, donde Sue destilaba un sonido entre Dick Dale y Link Wray mientras competía con un piano boogie.

The Wind era un honky tonk blues, con el protagonismo del órgano; Love Sick Child, puro rock’n’roll, y Lover’s Call, una joya romántica entre la épica de Chris Isaak y las baladas de los años sesenta, embellecida por un acordeón.

Finalmente, el tema que daba título al álbum demostraba que Bonnie Raitt tenía una buena seguidora, por lo que se refiere al pop teñido de soul. En esos momentos, Foley se erigía en una carta segura para el futuro del blues. En palabras de Clifford Antone, “el blues es algo que debes sentir para comprender, y Sue puede sentirlo”.

Después de varios años en Texas recibiendo una «educación de primera clase» en blues, y tras Ten Days In November (1998), la canadiense regresó a Ottawa con la lección bien aprendida para grabar su sexto álbum.

En Love Comin’ Down (2000), producido por el también guitarrista canadiense Colin Linden, Sue estaba acompañada por músicos que habían tocado con Janis Joplin, The Band y k.d. lang, además de contar con invitados especiales como Lucinda Williams, Anders Osborne y Joe Cabral (del grupo Iguanas).

Con el tema básico del amor y las difíciles elecciones que nos fuerza a hacer, en Love Comin’ Down desplegaba sus encantos con diferentes matices del blues: el sonido soul con metales en el tema titular, en la balada Am I Worthy y en el delicioso y plácido To Be Next To You, y el blues rural en la tradición de Robert Johnson en How Strong (sola con su acústica).

Y también se acercaba a la sensualidad de jazz tabernario a lo Bessie Smith en Let My Tears Fall Down (con piano, dobro y guitarra acústica), a la experimentación en el quebrado Let Me Drive, al desgarro emocional en Two Trains, y al cruce de culturas en el instrumental Mediterranean Breakfast (donde mezclaba aires flamencos y mexicanos).

Las versiones que abordaba en el álbum no escapaban a su versatilidad: el festivo rhythm’n’blues de sonido New Orleans del You’re Barkin’ Up The Wrong Tree de Freddie King (con mayor protagonismo de piano); el austero slow Same Thing, popularizado por Muddy Waters, y el arrastrado rhythm’n’blues de sonido texano del Oh Baby (We Got A Good Thing Goin’) de Barbara Lynn.

The Jungle Show: Gibbons, Vaughan, Layton, Foley y Flanigin. Foto: Rodney Bursiel

Aunque dejara –momentáneamente– la escuela de Austin, Foley demostraba ser una alumna excelente. Pocos meses después de Love Comin’ Down apareció otro disco, Back To The Blues (2000), también lanzado con el título de Secret Weapon, que compilaba canciones inéditas grabadas durante las sesiones de sus dos primeros álbumes.

Sue grabó sus siguientes álbumes en Canadá: Where The Action Is… (2002), de nuevo producido por Colin Linden; Change (2004), donde se estrenó como productora, y New Used Car (2006). Después vendrían unos cuantos discos colaborativos: Time Bomb (2007), con Deborah Coleman y Roxanne Potvin, y He Said She Said (2010) y Beyond The Crossroads (2012), con Peter Karp.

Su trabajo más reciente como solista es The Ice Queen (2018), un regreso a sus raíces texanas con la colaboración de Jimmie Vaughan, Charlie Sexton, Billy Gibbons (de ZZ Top), Chris Layton (de Double Trouble), Derek O’Brien y The Texas Horns, entre otras luminarias del estado de la estrella solitaria, grabado en Texas y producido por Mike Flanigin.

Precisamente Foley participó en West Texas Blues (2020), el último disco de Flanigin, teclista integrante del Jimmie Vaughan Trio. Además, desde hace varios años, ella, Vaughan, Gibbons, Flanigin y Layton ofrecen un concierto denominado The Jungle Show en el Antone’s de Austin a finales de diciembre.

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