Como casi cada año, aquí va un repaso de lo mejor aparecido durante los últimos doce meses en materia de música yanqui con raíces. En esta primera parte, cincuenta álbumes de country y americana. Y no te confundas: esto no es una lista, es una simple enumeración de lo que más me ha gustado, así que el orden no importa. Eso sí: estoy seguro de que la mayoría de los artistas no se incluyen en ninguna de las listas de las publicaciones más sesudas. Está claro: vivimos en universos paralelos.
1 Willie Nelson – I Ain’t Got Nothin’
2 Loretta Lynn – Coal Miner’s Daughter
3 Jim Lauderdale – Wearing Out Your Cool
4 John Hiatt – The Odds Of Loving You
5 Dave Alvin And Jimmie Dale Gilmore – Lawdy Miss Clawdy
6 Ry Cooder – Shrinking Man
7 Robbie Fulks & Linda Gail Lewis – Wild Wild Wild
8 Dean Miller – You Can’t Do Me This Way (feat. The McCrary Sisters)
9 John Mellencamp – Them Double Blues
10 A Different Thread – The Farmer’s Mistress
11 Cliff Westfall – Sweet Tooth
12 Helen Rose – Love & Whiskey
13 Craig Gerdes – Red Neck Sonsabitches
14 James Steinle – Zancudo Blues
15 Owen Lake And The Tragic Loves – After The Fire Is Gone
16 Joshua Hedley – Mr. Jukebox
17 Joanna-James – Kentucky Pride
18 The Stryker Brothers – Charlie Duke Took Country Music To The Moon
19 The New Zeitgeist – The Ghost Trail
20 Hank & Ella With The Fine Country Band – Love Careless Love
21 Colter Wall – Thinkin’ On A Woman
22 Francine Honey – Shacked-Up Sweetie
23 Laura Benitez And The Heartache – Something Better Than A Broken Heart
24 Stephanie Urbina Jones – You Ain’t Woman Enough (To Take My Man)
25 Los Hermanos Cubero – No nos despedimos
26 Blueroomess – Big Yellow Moon
27 William Elliott Whitmore – Country Blues
28 Kelly Willis – I’m A Lover (Not A Fighter)
29 Jesse Dayton – Charlottesville
30 Mandy Barnett – The Fool
31 Cordovas – Talk To Me
32 The Wood Brothers – Can’t Look Away
33 Zoe Speaks – Give Me Some Sugar
34 The Milk Carton Kids – Younger Years
35 Mike And The Moonpies – Road Crew
36 Pat Reedy & The Longtime Goners – Fare Thee Well
37 Meagan Taylor And Jason Coleman – I’ll Fly Away Medley
38 Charley Crockett – The Sky’d Become Teardrops
39 Amy Kucharik – Everything But Love
40 Chris Lee Becker – Mucho trabajo
41 Amy Ray – Jesus Was A Walking Man
42 J.P. Harris – Jimmy’s Dead And Gone
43 Dawn Landes – What Is The Color Of The Soul Of Man
44 Kenyon Lockry – Perfect World
45 Gal Holiday – Desert Disco
46 J.D. Wilkes – Down In The Hidey Hole
47 Belle Plaine – Golden Ring (feat. Megan Nash)
48 Michael McDermott – Knocked Down
49 RJ Comer – Desert Mama
50 Shooter Jennings – Bound Ta Git Down
En 2018 varios artistas veteranos han publicado nuevos trabajos. Uno de los más prolíficos es Willie Nelson, que este año ha sacado dos discos: uno, My Way, en modo crooner, dedicado a las canciones que popularizó Frank Sinatra; el otro, este Last Man Standing ortodoxamente country, con once temas nuevos coescritos por el texano y el productor Buddy Cannon, del que escuchamos I Ain’t Got Nothin’.
A sus 86 años, la cantante de Kentucky Loretta Lynn ha entregado Wouldn’t It Be Great, un álbum producido por su hija Patsy Lynn Russell y por John Carter Cash, el hijo de Johnny Cash y June Carter Cash, en el que se mezclan las canciones nuevas y las grabaciones actuales de temas previamente registrados por Loretta. Es el caso de Coal Miner’s Daughter, una canción autobiográfica grabada originalmente en el álbum homónimo de 1970, y que también fue el título del biopic sobre su vida protagonizado por Sissy Spacek, conocido aquí como Quiero ser libre (Michael Apted, 1980).
Otro artista muy prolífico es el cantautor de Carolina del Norte Jim Lauderdale, quien este año, además de recuperar viejas grabaciones de 1979 junto con el músico de bluegrass Roland White (componente de The Kentucky Colonels) en el homónimo Jim Lauderdale & Roland White, ha editado Time Flies, otra muestra de su enorme talento como compositor que bebe en diversas fuentes de las raíces. De él escuchamos Wearing Out Your Cool.
Más veteranos: desde 2014 (Terms Of My Surrender), tal vez por estar enfrascado en sus gras junto con Lyle Lovett, John Hiatt no grababa nuevo material, y en 2018 ha vuelto con The Eclipse Sessions. El de Indiana demuestra ser otro de los maestros de la americana en canciones como The Odds Of Loving You.
Y no uno, sino dos genios, se han reunido en Downey To Lubbock: el cantante y guitarrista californiano creador de The Blasters, Dave Alvin, y el cantautor texano Jimmie Dale Gilmore. Un divertimento con temas propios y versiones de country, blues, folk y rock’n’roll, como este Lawdy Miss Clawdy de Lloyd Price que popularizó Elvis Presley, en el que cuentan con la colaboración de Van Dyke Parks al acordeón y Skip Edwards al piano.
El guitarrista, cantante y compositor californiano Ry Cooder es un personaje desgraciadamente difícil de ver y escuchar. Después de su anterior álbum en estudio, Election Special (2012), ha regresado con The Prodigal Son, otro de sus discos “conceptuales” con los que nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos, en los que combina versiones de folk y blues con temas originales como este Shrinking Man.
No podíamos cerrar el apartado de veteranos sin citar la insólita reunión de la pianista de Louisiana Linda Gail Lewis, hermana del mismísimo Jerry Lee Lewis, con el más joven Robbie Fulks, figura del alt country, en Wild! Wild! Wild!, una burrada de boogie woogie, country y rock’n’roll. Como muestra, el tema titular, Wild Wild Wild.
En 2018 también han salido a la luz álbumes de tributo y otras rarezas. En el primero de los casos, King Of The Road. A Tribute To Roger Miller, un doble álbum con la participación de artistas como Kacey Musgraves, Rodney Crowell, Willie Nelson, Lyle Lovett, Loretta Lynn y muchos más, entre ellos el hijo del homenajeado, Dean Miller (también coproductor de este disco que se empezó a preparar en 2015), con You Can’t Do Me This Way, acompañado de The McCrary Sisters.
Y en el capítulo de las rarezas, Forever Words. The Music, complemento al libro de poesías inéditas de Johnny Cash del mismo título (publicado aquí como Eternas palabras), en el que artistas como Kris Kristofferson, T Bone Burnett, Alison Krauss, Elvis Costello, The Jayhawks o Rosanne Cash han musicado esos poemas. Entre ellos, escuchamos a John Mellencamp con Them Double Blues.
Como todo buen año que se precie, la cosecha de estrenos en el terreno del country/americana ha sido abundante. Empezamos con A Different Thread, un dúo integrado por el británico Robert Jackson (voz, guitarra, armónica) y la norteamericana Alicia Best (voz, violín), que tras un par de EPs han debutado con el LP autoeditado On A Whim. Con un sonido que describen como british-americana, entre sus influencias citan a The Wood Brothers, The Cranberries, Jonathan Byrd, Neil Young, Johnny Cash y June Carter y Bert Jansch. The Farmer’s Mistress pertenece a su primer álbum.
Nacido en Kentucky y actualmente establecido en Nueva York, Cliff Westfall escribe canciones sobre los temas habituales del country –pérdida, adicciones–, aunque con un sentido del humor agridulce. El autoeditado Baby You Win es su primer álbum, grabado en Brooklyn, producido por Bryce Goggin (Pavement, Ramones, Antony And The Johnsons, Evan Dando) y acompañado por músicos de sesión de la Gran Manzana. De él oímos Sweet Tooth.
También autoeditado, esta vez a través de un crowdfunding, es el debut –precedido de un EP en directo– de Helen Rose, Trouble Holding Back, producido por Marvin Etzioni (Lone Justice), y con influencias variadas: Bobby Gentry, Bessie Smith, Al Green, Isaac Hayes, Linda Rondstadt, Emmylou Harris y Janis Joplin. Love & Whiskey es uno de sus temas.
Craig Gerdes procede del Illinois rural, pero su sonido está más cerca del honky tonk de Texas. Tras pasar por Nashville, descubrió que sus canciones eran demasiado “country” para sonar allí: de esa desagradable experiencia (y también del hecho de conocer a Billy Joe Shaver) surgió la letra de Red Neck Sonsabitches, una de las canciones de su debut Smokin, Drinkin & Gamblin.
Pasó parte de su infancia entre Arabia Saudita y Alemania, y toda esta experiencia vital ha influido en este cantautor texano. A pesar de su juventud, en su debut South Texas Homecoming James Steinle tiene bastante en común con leyendas de esa “authentic texan music” –de la que presume en su web– como Steve Earle y Townes Van Zandt. Le escuchamos en Zancudo Blues.
Una de las sorpresas del año, por su carácter rompedor, ha sido la de Owen Lake And The Tragic Loves con su “electro-country”, un sonido que mezcla sintetizadores con armonías vocales a tres y ritmos programados con pedal steel en su primer álbum The Best Of Your Lies, tras su EP A Love On My Mind (2009). Entre los colaboradores del neoyorquino encontramos al pianista de jazz Pascal Le Boeuf y a la pedal steel experimental Susan Alcorn (Mary Halvorsen Octet). El disco incluye versiones actualizadas de temas de George Jones, Carter Family, Porter Wagoner & Dolly Parton o este After The Fire Is Gone, popularizado por Loretta Lynn y Conway Twitty.
Cantante y violinista de Florida, a los 19 años Joshua Hedley se trasladó a Nashville donde empezó como solicitado instrumentista. Tras girar con Justin Townes Earle y participar en el documental Heartworn Highways Revisited (2015), no empezó a componer hasta los 28. El resultado, el debut Mr. Jukebox, editado por el sello de Jack White, Third Man Records, con un sonido honky tonk sesentero, como en la canción titular.
Ambos son de Kentucky: la cantautora JoAnna Lewis-Oldfield creció escuchando a Bill Monroe, Patty Loveless y Dolly Parton, mientras que el compositor y multinstrumentista James Moore ha pasado treinta años estudiando los estilos de guitarristas como Mark Knopfker, Robert Cray y Stevie Ray y Jimmie Vaughan. En 2018 se unieron en el proyecto Joanna-James y debutaron con Bluegrass & Roses, un disco grabado en sus casas en cuatro meses y autoeditado, dedicado a su estado natal, como demuestra Kentucky Pride.
The Stryker Brothers son un grupo “fantasma” que esconde su identidad, aunque se rumorea que entre sus filas se encuentra el legendario cantautor texano Robert Earl Keen y su compatriota Randy Rogers. Según cuentan en su web, los hermanos Coal & Flynt Stryker solo grabaron este álbum, cuyas cintas se encontraron entre las cenizas de una cárcel; tal vez de ahí el irónico título de su disco, Burn Band. De ellos escuchamos Charlie Duke Took Country Music To The Moon, un tema dedicado al astronauta que llevó el country a la Luna, con una intro de Merle Haggard hablando de las grabaciones de ese género que llevaban en la misión del Apollo 16.
El matrimonio integrado por Jen Reilly (voz, guitarra y mandolina) y Eddy Bluma (voz, guitarra) se autoeditó en 2014 un álbum titulado The New Zeitgeist. Cuatro años después (tres, en realidad: apareció en 2017 en USA, pero durante 2018 se ha conocido internacionalmente), adoptan ese mismo nombre, The New Zeitgeist, para su disco de debut con este proyecto, Myths And Mortals, en el que el dúo de Chicago explora los orígenes de la tradición folk, con temas como The Ghost Trail, con la colaboración del gran Lloyd Maines a la pedal steel.
Hank & Ella With The Fine Country Band es un grupo californiano liderado por el matrimonio formado por Hank (voz y guitarra) y Ella Warde (violín y voz), dedicado al country vintage. Han debutado con un álbum homónimo de canciones originales con los temas habituales del género (amor, pérdida, honky tonks…), como esta Love Careless Love.
Dejamos ya los debuts y vamos con otros discos interesantes publicados en 2018. Y empezamos con una de las mejores voces del country actual –a pesar de su edad, 23 años, suena como si tuviera muchos más; incluso le han comparado con Johnny Cash por su timbre grave–: el canadiense Colter Wall, quien ha editado su segundo álbum, Songs Of The Plains. Como prueba, Thinkin’ On A Woman.
También canadiense es la cantautora bilingüe (francés e inglés) Francine Honey, con su tercer LP, To Be Continued…, donde mezcla country, blues y americana en canciones de dolor y esperanza. Lo grabó en Nashville con el productor Neilson Hubbard (John Prine, Jason Isbell) y músicos como los guitarristas Will Kimbrough y Kris Donegan, el pianista Danny Mitchell y el violinista Eamon McLoughlin. Escuchamos Shacked-Up Sweetie.
Y del frío al calor, con el country con pinceladas tex-mex de Laura Benitez And The Heartache. En su nuevo disco With All Its Thorns se sumergen en la tradición del storytelling con canciones sobre traiciones, asesinatos y corazones rotos, como esta Something Better Than A Broken Heart.
Honky tonk mariachi: así define Stephanie Urbina Jones su estilo, y no se equivoca. En su tercer álbum Tularosa, esta cantante texana que se trasladó de Austin a Nashville para componer canciones para la agencia de management de los Texas Tornados adapta clásicos del country con trompetas y acordeones. Por ejemplo, en el You Ain’t Woman Enough (To Take My Man) popularizado por Loretta Lynn.
Aunque parezca mentira, en España no solo hay grupos indies y «artistas» (por decir algo) de trap. Algunos héroes siguen apostando por las sonoridades de raíz norteamericana. Uno de los mejores álbumes publicados en nuestro país (aunque eclipsado por los fenómenos apoyados por los medios) ha sido Quique dibuja la tristeza de Los Hermanos Cubero, un precioso disco marcado por la tragedia de una pérdida, traducida en una colección de canciones muy emotivas de sonoridad entre el country y el bluegrass, como No nos despedimos. Sin duda, los hermanos Enrique (voz, guitarra, composición) y Roberto (mandolina, armonías vocales), acompañados por violín y contrabajo, merecen ocupar el podio de mejor álbum español del año.
Otros héroes –también establecidos en Barcelona como los Cubero– son Blueroomess, un grupo fundado por el guitarrista y compositor Juanma Casado y la vocalista Paola Graziano. Tras un EP homónimo en 2014, en 2018 han publicado In Nowhere Land, con el productor norteamericano Mike Mariconda y el músico e ingeniero de sonido Marc Tena. Una colección de temas propios –excepto una original versión del Wicked Game de Chris Isaak–, con joyas como Big Yellow Moon, embellecido por la pedal steel de Aaron Feder.
Volvemos a los Estados Unidos, y lo hacemos con el vozarrón de William Elliott Whitmore, quien en 2018 lanzó Kilonova tras tres años sin grabar. El álbum reúne diez versiones de artistas tan diversos como The Magnetic Fields, ZZ Top, Bad Religion, Johnny Cash o Captain Beefheart que el cantautor de Iowa lleva a su terreno, como hace con el Country Blues de Dock Boggs.
Kelly Willis también llevaba años sin grabar un álbum a su nombre –en concreto, desde Translated From Love (2007)–, aunque en este tiempo había colaborado en varios discos de su marido, Bruce Robison. Ahora la cantautora de Virginia establecida en Austin ha vuelto con Back Being Blue, producido por Bruce, y en el que ha compuesto la mayoría de canciones, con la excepción de algunos temas, como el I’m A Lover (Not A Fighter) de Skeeter Davis.
Al texano Jesse Dayton lo veremos en 2019 como telonero de Wilko Johnson, pero en 2018 editó The Outsider, un álbum que lo aleja un poco del country y lo acerca más al rock. A pesar de eso, incluye maravillas de corte más acústico como Charlottesville para demostrar que su talento como compositor, cantante y músico sigue intacto.
Hasta ahora Mandy Barnett siempre había sido conocida por sus versiones de clásicos del country como Patsy Cline o Don Gibson, caracterizadas por un sonido “clásico”. Pero Strange Conversation, su primer álbum en cinco años, producido por Marco Giovino y Doug Lancio en los míticos estudios Muscle Shoals, supone una evolución en su carrera. Además de abordar material más “moderno” –The Tams, Tom Waits, Ted Hawkins, Sonny & Cher, Andre Williams–, la torch singer de Tennessee se ha aventurado más en lo sónico, acercándose al territorio del citado Waits. Un ejemplo, su versión de The Fool de Lee Hazlewood.
Joe Firstman (voz y bajo) formó Cordovas en Nashville en 2011, junto con Graham Spillman (batería), Sevans Henderson (teclados) y Lucca Soria y Toby Weaver (guitarras, voces). En 2018 el grupo ha publicado su segundo largo, The Santa Fe Channel, producido por Kenneth Pattengale de The Milk Carton Kids. En él se incluye Talk To Me.
El contrabajista Chris Wood es uno de los fundadores del grupo de jazz de vanguardia Medeski Martin & Wood, pero con su hermano Oliver (guitarras) y el multinstrumentista Jano Rix forman The Wood Brothers, una banda enraizada en la americana… aunque bastante sui generis. One Drop Of Truth es su álbum de 2018, al que pertenece Can’t Look Away.
Zoe Speaks es un quinteto de Kentucky que ofrece una modernización de la tradición del folk de los Apalaches. Mitch Barrett, Carla Gover y Owen Reynolds forman el núcleo duro, completado con la multinstrumentista Zoey Barrett (hija de Mitch y Carla) y su novio Arlo Barnette. Su último LP es Wings, del que escuchamos Give Me Some Sugar.
Los californianos The Milk Carton Kids llevan desde 2011 facturando folk indie. En 2018 los cantantes y guitarristas Kenneth Pattengale y Joey Ryan han publicado All The Things That I Did And All The Things That I Didn’t Do, producido por el excelente Joe Henry y con la colaboración de músicos afines al productor como Jay Bellerose (batería), Dennis Crouch (bajo) y Levon Henry (saxo y clarinete). A él pertenece Younger Years.
Steak Night At The Prairie Rose es el quinto álbum en estudio de Mike And The Moonpies. La banda de Austin, liderada por el cantante, compositor y guitarrista Mike Harmeier, acompañado por Catlin Rutherford (guitarra), Kyle Ponder (batería), Preston Rhone (bajo), Zachary Moulton (pedal steel) y John Carbone (teclados), ofrece muestras de honky tonk tan rotundas como este Road Crew.
Pat Reedy hace “honky tonk honesto para el mundo moderno, mezclando twang, composiciones blue collar y orgullo de clase trabajadora”. Se estableció en Nashville tras su experiencia como artista callejero en Nueva Orleans; de hecho, su banda The Longtime Goners está integrada por compañeros músicos de las calles de esa ciudad. Las canciones de su tercer disco, That’s All There Is (And There Ain’t No More), las escribió durante sus descansos en su trabajo en la construcción, en pedazos de papel y piezas de madera descartadas; por eso tienen esa pátina de autenticidad, como Fare Thee Well.
Juntos representan el legado del Nashville Sound más clásico: Meagan Taylor (voz y guitarra) es sobrina-nieta del guitarrista Chet Atkins, y Jason Coleman (voz y piano) es nieto del pianista Floyd Cramer. En su nuevo álbum, Feels Like Home, exhiben a la perfección ese sonido clásico a través de una colección de versiones, entre ellas este I’ll Fly Away Medley en el que insertan un fragmento de otro himno de origen religioso, Will The Circle Be Unbroken?
El texano Charley Crockett –descendiente del héroe norteamericano Davy Crockett– empezó tocando en las calles de Nueva Orleans y en el metro de Nueva York, además de trabajar en granjas de California y vivir en París. Su declaración de principios: “Amo las canciones atemporales”; eso explica su sonido, que mezcla el blues de Texas, el country clásico y el swamp pop de Louisiana. En 2018 ha editado dos álbumes, uno de versiones –Lil G.L.’s Blue Bonanza–, y uno de temas propios, Lonesome As A Shadow, grabado en los estudios de Sam Phillips en Memphis, al que pertenece The Sky’d Become Teardrops.
La cantautora Amy Kucharik mezcla blues, folk y la tradición del vodevil con la experiencia de haber tocado en el metro de Boston. Su segundo álbum es Until The Words Are Gone, donde se acompaña de su grupo Friends With Benefits. Escuchamos Everything But Love, una muestra de sus canciones de letras ingeniosas: “Let’s talk about German Expressionism / Let’s talk about your artistic vision / Let’s talk about whatever became of Michael Jackson’s glove / Let’s talk about really cool guitars, or where we got our scars / Let’s talk about almost any, everything but love”.
Chris Lee Becker es un multinstrumentista de Oklahoma (aunque centrado en la guitarra y la mandolina). Lo suyo es la americana, aunque en su web él prefiere definirlo como “Folk music and stuff”. Su tercer álbum, In And Around Bethlehem, U.S.A., conserva algo del humor de sus discos precedentes, pero también es un reflejo del mundo en el que vivimos. Una prueba, esta Mucho trabajo con un estribillo fantástico en castellano y francés: “Mucho trabajo, poco dinero / C’est la vie, mon frère”.
La cantautora de Georgia Amy Ray, mitad del dúo folk Indigo Girls, ha publicado en 2018 su sexto álbum en solitario, Holler, con catorce temas propios inspirados por el country tradicional, el rock sureño, el góspel y el bluegrass. En Jesus Was A Walking Man cuenta con las voces invitadas de Rutha Mae Harris (The Freedom Singers) y de The Wood Brothers.
Joshua Pless Harris, aka J.P. Harris, oriundo de Alabama y residente en Nashville, no se considera a sí mismo como un músico, sino como un carpintero que escribe canciones country. Su vida no ha sido fácil: se fue de casa a los 14 años, atravesó el país colándose en trenes, trabajó en mil cosas y vivió sin electricidad ni agua corriente durante una década. Así que lo que canta en sus canciones no son tópicos. Tampoco engaña el nombre del dominio de su web: ilovehonkytonk. Su tercer álbum, Sometimes Dogs Bark At Nothing, está producido por Morgan Jahnig (componente de Old Crow Medicine Show) e incuye este Jimmy’s Dead And Gone.
En sus anteriores trabajos nunca ha ocultado sus influencias, pero en su quinto álbum, Meet Me At The River, la cantautora de Kentucky Dawn Landes ha hecho su “disco de Nashville”, poniéndose en manos del productor Fred Foster, decisivo en las carreras de Dolly Parton, Roy Orbison y Kris Kristofferson. Esto se traduce en su sonido más ortodoxo que nunca, con grandes temas como esta versión del What Is The Color Of The Soul Of Man de Jimmy Driftwood.
En enero de 2006, una maqueta de cinco temas que Kenyon Lockry grabó en Nashville cayó en las manos del legendario Mel Tillis, quien decidió convertirse en su mánager tras escucharla; el resultado: varios discos y giras con Tillis. El último trabajo de Lockry, publicado en su propio sello, es Honky Tonk Noir, un álbum conceptual basado en las tramas del cine negro, femme fatale incluida, en el que participan Dave Roe (exbajista de Johnny Cash) y Chris Scruggs y Kenny Vaughn (de la banda de Marty Stuart). Además de algún instrumental, el disco incluye honky tonk de manual como Perfect World.
Tras varios discos publicados como Gal Holiday & The Honky Tonk Revue –banda creada en 2004 en la escena country de Nueva Orleans–, la cantante de los Apalaches Vanessa Niemann aka Gal Holiday, descrita a menudo como “la Patsy Cline punk-rock”, ha sacado su nuevo disco a su nombre. Lost & Found, producido por Jimbo Mathus, es una colección de canciones sobre la pérdida, el cambio y el descubrimiento. Escuchamos Desert Disco.
Multinstrumentista (centrado en la armónica y el banjo), artista visual, escritor, realizador de cine y autoproclamado “surrealista sureño”, el texano residente en Kentucky J.D. Wilkes es sobre todo conocido por ser el cantante del grupo de gótico sureño Legendary Shack Shakers, sin olvidar sus colaboraciones con Merle Haggard, John Carter Cash, Mike Patton y Hank Williams III. Fire Dream, coproducido por Jimbo Mathus (también batería, órgano, guitarra y voces) es su nuevo disco en solitario, con temas tan curiosos como Down In The Hidey Hole.
Melanie Hankewich es el nombre real de Belle Plaine, una cantautora canadiense que combina el blues vintage y el swing de los cuarenta con el country clásico del Grand Ole Opry, y que colaboró en el debut de Colter Wall. En el autoeditado Malice, Mercy, Grief & Wrath muestra sus influencias, que van de Link Wray y The Everly Brothers a Cole Porter y Neko Case. Escuchamos Golden Ring, con la también canadiense Megan Nash.
Cantautor de Chicago de origen irlandés, Michael McDermott debutó en 1991 con 620 W. Surf cuando acababa de entrar en la veintena. Una carrera al triunfo rápida que se saldó con veinte años de adicciones. Tras una vida plagada de drogas, alcohol, cárcel, tragedia y caída su undécimo trabajo, Out from Under, supone un sorprendente regreso, el álbum que quiso hacer toda su vida. A él pertenece Knocked Down.
Oriundo de Chicago y establecido en Tennessee, RJ Comer es otra víctima de las adicciones, la violencia y la pobreza, aunque luego recondujo su vida y, décadas después, decidió formar una banda y dedicarse a la música a tiempo completo. Tras varios EPs, One Last Kiss es su álbum de debut en solitario, grabado en Nashville con músicos como el guitarrista Randy Kohrs (de la banda de Jim Lauderdale). Escuchamos Desert Mama.
Y terminamos esta primera parte de lo más destacado de 2018 en el apartado de americana/country con Shooter Jennings. Este año también ha publicado un disco, titulado simplemente Shooter, grabado en el legendario RCA Studio A de Nashville. Después de anteriores trabajos donde se acercaba peligrosamente al hard rock insustancial (o hacía experimentos raros, como un tributo a Giorgio Moroder), aquí el hijo de Waylon y Jessi Colter ha hecho un álbum de country, con grandes temas como Bound Ta Git Down.