
Tras unos inicios encasillada en el alt. country como una rebelde cowgirl punk, y pluriempleada con The New Pornographers, ha encontrado su propio mundo: un escenario onírico y febril, entre Morricone y Badalamenti, donde ilustra con su magnífica voz turbadoras imágenes surrealistas y violentas. Disfrazada tras la inocencia de los cuentos folklóricos, la cantautora publicó en 2006 Fox Confessor Brings The Flood. Fue el momento de entrevistarla por correo electrónico.
En abril de 2003, Neko Case fue elegida la «Chica más sexy del indie rock» a través de una encuesta online de Playboy.com, tras recibir el 32% de los votos. La revista le pidió que posara desnuda, pero ella declinó la oferta. En los cientos de comentarios que los internautas dejaron, quedó muy claro que su música era tan importante como su aspecto. La cantante, en una entrevista publicada en Playboy tras la encuesta, confesó que había votado a Cat Power, y declaró que «para mí, el atractivo sexual significa que eres intrigante y que lo que haces tiene calidad, es misterioso y excitante».
Si seguimos al pie de letra sus propias palabras, la obra de Neko cumple todos esos requisitos, desde que, tras pasar por una escuela de arte en Vancouver, empezó como batería en bandas punk como The Del-Logs, The Propanes y Maow. «Aprendí mucho sobre el hecho de estar en un grupo y trabajar en equipo con otras personas. Y, de forma más específica, creo que hizo que mi estilo de tocar la guitarra esté muy basado en el ritmo», reconoce.
Pero pronto su pasión por el country, y en especial por cantantes como Patsy Cline y Loretta Lynn, la acercaron a las raíces: primero, con The Weasles, y después con su propio proyecto al frente de Her Boyfriends, con músicos procedentes de grupos de la escena pop y punk.

Y así llegó en 1997 su debut, The Virginian, editado primero en Canadá y dos años después en Estados Unidos por el sello de Chicago Bloodshot Records, la cuna del country insurgente. Con un aspecto decididamente retro (¡esas coletas, ese chavo!), Neko tenía más de un punto de contacto con k.d. lang (cuando ejercía de cowgirl punk paródica, antes de convertirse en sofisticada cantante pop).
Ambas son estilistas apasionadas por el honky tonk tradicional, el representado por Patsy y Loretta: mujeres fuertes, con los pies en la tierra y sin pelos en la lengua, que escribían sus propias canciones y triunfaban a pesar de los obstáculos en un mundo eminentemente masculino. Pero, a diferencia de lang, Neko no es una cantante sutil, y su voz voluptuosa, capaz de entonar con seguridad y aplomo, se sitúa más en la línea de una Wanda Jackson, respaldada por un sonido clásico, pero con sensibilidad pop.
Con sus posteriores álbumes Furnace Room Lullaby (2000) y Blacklisted (2002), editados también en Bloodshot, Neko fue incluida en la escena del alt. country, una etiqueta con la que no parece encajar: «A nadie le gusta esa denominación, es mala». Tal vez parte de ese malestar tiene su origen en un incidente que protagonizó durante un concierto en el Grand Ole Opry en 2002: tras quitarse la camiseta y lucir su sujetador, a Neko se le prohibió de por vida actuar en el sacrosanto templo de Nashville. De ahí surgió el título de Blacklisted. Años después, explicó que no fue ningún acto deliberado ni con afán de provocación: «Simplemente tuve una insolación, fue una dolencia física».
Tras el paso a su actual sello Anti, la pelirroja inició una nueva etapa donde consolidó su sonido country noir, con influencias reconocidas de David Lynch, Angelo Badalamenti y el Neil Young de la banda sonora de Dead Man (Jim Jarmusch, 1995). Tras The Tigers Have Spoken. (2004), grabado en directo en Chicago y Toronto con el respaldo de The Sadies, llegó su cuarto álbum en estudio, Fox Confessor Brings The Flood (2006), coproducido por la propia Neko junto con Darryl Neudorf en el Wavelab Studio de Tucson (Arizona).

A pesar de su producción rica y detallada, Case no considera que Fox Confessor Brings The Flood sea su trabajo más ambicioso hasta la fecha: «Bueno, no es tan ambicioso como personal. Siento como si por fin hubiera entendido mi estilo. Desde un punto de vista musical, está cortado un poco con el mismo patrón que ‘Blacklisted'».
En este disco se ha rodeado de colaboradores habituales como Jon Rauhouse y Tom V. Ray, The Sadies, el líder de Giant Sand Howe Gelb, la cantante Kelly Hogan y los miembros de Calexico Joey Burns y John Convertino. La lista de invitados también incluye a Dexter Romweber (de Flat Duo Jet), así como el legendario teclista de The Band, Garth Hudson. «Es un genio, y es el autor de algunas de mis canciones preferidas». Y con un plantel tan impresionantes de artistas tan distintos, ¿cómo demonios lo hace para obtener un sonido tan único? «Supongo que sólo puedo sonar como yo misma, no estoy segura de cómo ocurre», se limita a decir.
En Fox Confessor Brings The Flood, Neko ha recurrido a la iconografía de los cuentos infantiles en la portada y en los vídeos: «Es algo que me atrae. Ahora tenemos películas en lugar de cuentos de hadas, así que me parece triste que se pierdan». De hecho, el «confesor de zorros» que da título al álbum y a una de las canciones, procede de esas fuentes. «Es un personaje de los cuentos folklóricos de Ucrania y Rusia. En la canción él me cuenta que mi civilización está casi muerta», reconoce.
A diferencia de sus anteriores álbumes donde podían encontrarse numerosas versiones (de Ernest Tubb a Neil Young, de Shangri-Las a Buffy Sainte-Marie, de Hank Williams a Nervous Eaters), en Fox Confessor Brings The Flood sólo hay un adaptación, el espiritual tradicional John Saw That Number. Aunque, en realidad, como ella misma explica, es «una medio versión, porque yo he escrito la música. La encontré en un libro y su poesía me pareció tan extraña y fascinante…».

Y llegamos a una de los rasgos más característicos de Neko: su peculiar proceso de composición, lo más parecido a una técnica de collage, al utilizar elementos de diversas fuentes: «Me entusiasma cualquier cosa. Me inspiro mucho en lugares, ciudades, pueblos y el espacio abierto». A pesar del trabajo invertido en sus elaboradas letras, se considera más storyteller que poetisa: «Creo que más bien cuento historias, aunque no estoy segura. Debes escribirlas en un estilo poético, pero no las veo de una forma tan valiosa».
En un post titulado «Haga usted su propia película de David Lynch», se enumeran una serie de consejos indispensables para convertirse en un émulo perfecto del genial director norteamericano. El número 8 reza «acuerde la presencia de un ciervo y hágalo salir en una sola escena», mientras que el 12 asegura que «la protagonista femenina ha de ser una mujer sensual y atractiva». Ambas recomendaciones parecen haber sido seguidas por Neko en las fotos de sus discos, plagadas de imágenes surrealistas, con ciervos y la propia cantante yaciendo en el suelo como si fuera una víctima de un crimen. «Sí, me encanta explorar esas ideas. Creo que nuestro subconsciente es tan real como una realidad despierta», explica. ¿Y tienen algo que ver las murder ballads en esas imágenes violentas? «Sí, creo que están de forma profunda en el subconsciente norteamericano, son nuestros cuentos folk. Son fascinantes, pero con moraleja».
En paralelo a su carrera como solista (que también incluye el EP Canadian Amp de 2001, grabado en su propia cocina) y a su colaboración en discos de tributo como Salute The Majesty Of Bob Wills. The King Of Western Swing (1998) de The Pine Valley Cosmonauts, New Coat Of Paint. Songs Of Tom Waits (2000), Hard-Headed Woman. A Celebration Of Wanda Jackson (2004) o Touch My Heart. A Tribute To Johnny Paycheck (2004), Neko ha participado en dos aventuras muy distintas: por un lado, The Corn Sisters, un dúo acústico con Carolyn Mark con un álbum en su haber, The Other Women (2000). Y por otro, está su trabajo en el seno de la banda canadiense de rock indie The New Pornographers, con quienes ha editado, entre otros, Mass Romantic (2000), Electric Version (2003) y Twin Cinema (2005), todos ellos en el sello Matador.

A Neko, el hecho de trabajar en proyectos tan dispares no le supone ninguna esquizofrenia artística. «Me encantan todas mis bandas, todas ellas ofrecen cosas diferentes, y además somos buenos amigos, así que a veces actuamos juntos sólo como una excusa para vernos. Y no me parece raro pasar de una cosa a la otra».
Considerada una artista comprometida, Neko se muestra medianamente optimista sobre la política en los Estados Unidos. «El voto popular en Norteamérica no decide la presidencia, créeme. Nos entristece mucho que Bush sea nuestro presidente, sabemos que es una persona horrible. Hay algunas cosas que están cambiando para bien, pero sería interminable entrar en detalle ahora. Por lo menos, no podrá ser reelegido».
Y para el final, resuelve una última duda. En los créditos de The Virginian, prometía a su abuela que haría «una canción de George Jones la próxima vez». ¿Ya lo ha cumplido? «No, aún no, pero he grabado una de Roger Miller que también la ha hecho feliz».
Tras Fox Confessor Brings The Flood, Neko Case ha publicado Middle Cyclone (2008), The Worse Things Get, The Harder I Fight, The Harder I Fight, The More I Love You (2013) y Hell-On (2018), además de varios directos y Case / Lang / Veirs (2016), junto con k. d. lang y Laura Veirs.
Tres moralejas

NEKO CASE & HER BOYFRIENDS The Virginian (1997) En su debut Neko rindió tributo a los clásicos del honky tonk como Ernest Tubb (Thanks A Lot) y Loretta Lynn (Somebody Led Me Away). También adaptó a los ritmos vaqueros a Scott Walker (Duchess), a Everly Brothers (Bowling Green) y hasta a Queen (Misfire). Y no sólo eso: demostró ser una excelente autora de honky tonk, vigoroso e imponente en Timber, luminoso en High On Cruel, crispado en Karoline o paródico en Honky Tonk Hiccups. Con este disco estaba claro que su lista de boyfriends se incrementaría cada vez más.

THE CORN SISTERS The Other Women (2000) Grabado en directo en el restaurante Hattie’s Hat de Seattle, es una oportunidad única de escuchar a Neko en un formato acústico, junto a la canadiense Carolyn Mark. Sus poderosas voces, entrelazadas en brillantes armonías y con un escueto acompañamiento de guitarras y poco más, abordan un repertorio de temas propios y versiones, entre las que destacan el de Fist City de Loretta Lynn, el Howlin’ At Midnight de Lucinda Williams y el Love Me de Elvis Presley, en un arrebatador viaje sin tregua por el country, el folk y el bluegrass.

NEKO CASE Blacklisted (2002) Aunque en Furnace Room Lullaby ya introdujo el country noir, en su primer álbum sin los Boyfriends Neko completó su evolución hacia un sonido más sombrío, con influencias del pop y el jazz, entre el desierto fantasmagórico de un wéstern fronterizo y el tugurio decadente de una pesadilla de David Lynch. Con sus nuevos colaboradores Joey Burns y John Convertino (Calexico) y Howe Gelb (Giant Sand), construyó un fascinante escenario enigmático y sensual, donde no faltaban ni las torch songs de Sarah Vaughan (Look For Me) y Aretha Franklin (Runnin’ Out Of Fools).