Los oficios han sido una de las principales fuentes de inspiración del folk: así, durante décadas se escribieron canciones sobre mineros, vaqueros, ferroviarios y agricultores. Esa tradición también alcanzó a una profesión más actual, pero no exenta de su propia mitología, para dar lugar a un subgénero del country.
Desde un punto de vista musical, el truck-driving country –o, de forma más moderna, rig rock– es una fusión de honky tonk, country-rock y sonido Bakersfield. Incluso podríamos encontrar trazas de western swing. Ideal para ser disfrutado a bordo de un monstruo de dieciocho ruedas, se caracteriza por su ritmo trepidante.
Si hablamos de sus letras, están dedicadas a los camiones, los camioneros y a todo lo que rodea ese mundo: las paradas, los bares, la radio CB (banda ciudadana), las camareras, la geografía, las carreteras, el clima, el combustible, las cargas, el tráfico, los accidentes…
El género no es tan reciente como podría parecer. De forma unánime, se considera a Cliff Bruner (1915-2000), violinista de western swing, como el intérprete de la primera canción de camioneros que obtuvo un gran impacto y éxito comercial, Truck Driver’s Blues, con la que vendió más de cien mil copias en 1939.
Durante los cuarenta y los cincuenta encontramos a otros exponentes como Dick Reinhart & His Lone Star Boys con Truck Driver’s Coffee Stop (1941), Art Gibson con I’m A Truck Driving Man (1947), Joe «Cannonball» Lewis con Truck Driver’s Night Run Blues (1951), Doye O’Dell con Diesel Smoke (1952), Terry Fell & The Fellers con Truck Driving Man (1954) y Johnny Horton con I’m Coming Home (1957).
En los sesenta llegó la explosión gracias, sobre todo, a Dave Dudley (1928-2003), considerado el padre del estilo desde que publicó Six Days On The Road en 1963, a la que seguirían Truck Drivin’ Son-Of-A-Gun en 1965, Trucker’s Prayer en 1967 y Keep On Truckin’ en 1973.
Según el historiador del country Bill Malone, aunque no fue la primera, Six Days On The Road desató una moda que continuó durante muchos años: «Las canciones sobre camiones coincidieron con la creciente identificación del country como música de trabajadores en la década de 1960».
Dudley no fue el único. Así, Red Simpson (1934-2016) tuvo su oportunidad en 1965 cuando el productor Ken Nelson buscaba a un cantante para interpretar canciones de camioneros. Su primera elección fue Merle Haggard, pero este rehusó –curiosamente, más tarde grabaría con The Strangers White Line Fever (1971) y Movin’ On (1975), esta última sintonía de la mítica serie En ruta (1974-1976)–.






En cambio, Simpson aceptó enseguida. Su primer hit fue Roll, Truck, Roll (1966); después vendrían Diesel Smoke, Dangerous Curves (1966), I’m A Truck (1971), Country Western Truck Drivin’ Singer (1972), Awful Lot To Learn About Truck Drivin’ (1973), Truck Driver’s Heaven (1976) y The Flyin’ Saucer Man And The Truck Driver (1979).
Dick Curless (1932-1995), conocido por llevar un parche en su ojo derecho, lanzó en 1965 uno de sus mayores hits, A Tombstone Every Mile, inspirado en una carretera donde se producían muchos accidentes por culpa de una curva cerrada y por la que circulaban camiones rumbo a Boston.
Del Reeves (1932-2007) triunfó en 1965 con Girl On The Billboard, una canción sobre un camionero que se enamora de la foto de una hermosa joven en una valla publicitaria en la Ruta 66, y con otro himno trucker en 1968, Looking At The World Through A Windshield.
Red Sovine (1917-1980) fue un exponente del talkin’ country (más recitado que cantado), con éxitos como Giddy-Up Go (1965) –que obtuvo una réplica de Minnie Pearl titulada Giddy-Up Go Answer–, Phantom 309 (1967) –versionada por Tom Waits–, Teddy Bear (1976) y Little Joe (1976).
Johnny Dollar (1933-1986), camionero antes de músico, editó en 1969 el álbum Big Rig Rollin’ Man, que incluía el tema titular y otros del género como Truck Driver’s Lament y Big Wheels Sing For Me.
En esta lista no podía faltar una mujer, Kay Adams (nacida en 1941). Antes de 1966, ninguna artista femenina había grabado canciones sobre camiones. Precisamente ese año, ella tuvo un hit con Little Pink Mack, sobre una camionera que “no conocía el significado del miedo”.
De esta forma, se adelantó a otras cantantes reivindicativas como Tammy Wynette y Loretta Lynn al derribar un estereotipo de género y establecer un desafío a un mundo eminentemente masculino (en esa época). La canción se incluyó en el álbum Wheels & Tears (1966).
En los años setenta llegó otro boom. El culpable, un publicista (y letrista) llamado William Fries. Él creó un personaje ficticio, C. W. McCall, un camionero protagonista de una serie de spots. Fries utilizó su propia voz en los anuncios y grabó un single. En esa década, los camioneros se convirtieron en los modernos cowboys que cabalgaban sobre monstruos de metal.
McCall –con la colaboración del compositor Chip Davis, autor de la música– grabó canciones como Old Home Filler-Up An’ Keep On-A-Truckin’ Cafe (1974), I’ve Trucked All Over This Land (1975) y Wolf Creek Pass (1975), pero la que lo lanzó a la fama fue Convoy (1975), que utilizaba el argot radiofónico de los camioneros: llegó al número 1 de las listas de pop y country y se convirtió en un éxito millonario.
En 1978, el realizador cinematográfico Sam Peckinpah se basó en esa canción para dirigir el filme con el mismo título protagonizado por Kris Kristofferson y Ali MacGraw, desatando una fiebre por la llamada música de camioneros.
En la misma década, Commander Cody And His Lost Planet Airmen habían publicado Hot Licks, Cold Steel & Truckers Favorites (1972), su segundo álbum, con clásicos como Truck Drivin’ Man y Looking At The World Through A Windshield junto con originales como Truck Stop Rock y Semi-Truck.
Incluso Gram Parsons, en su debut GP (1973), incluyó una gran foto donde aparecía junto a un camión. Años después, el sello Bear Family utilizaría varias imágenes de la misma sesión como portada de los siete volúmenes de la serie Truckers, Kickers, Cowboy Angels. The Blissed-Out Birth Of Country Rock, publicada entre 2014 y 2015.
Muchos artistas y bandas de country, incluidos Jerry Reed –East Bound And Down (1977)–, Alabama –Roll On (Eighteen Wheeler) (1984)–, Ronnie Milsap –Prisoner Of The Highway (1984)–, Dan Seals –Big Wheels In The Moonlight (1988)–, Lee Ann Wonack –A Man With 18 Wheels (1997)–, Gary Allan –Highway Junkie (2008)– y George Strait –Brothers Of The Highway (2008)– grabaron canciones con esa temática durante los siguientes años.
También lo hicieron representantes de los nuevos tradicionalistas como Kathy Mattea –Eighteen Wheels And A Dozen Roses (1987)–, Dwight Yoakam –el Truckin’ (1991) de Grateful Dead–, Randy Travis –My Greatest Fear (1998)–, Lyle Lovett –The Truck Song (2003)–, Steve Earle –Home To Houston (2004)– y Alan Jackson –Where Do I Go From Here (A Trucker’s Song) (2006) .
La tercera oleada llegaría en los noventa, cuando el músico y periodista Jeremy Tepper creó en Brooklyn el sello Diesel Only en 1990. Al principio, su objetivo era editar las grabaciones de su propio grupo, World Famous Blue Jays. “Mi banda tocaba muchas canciones de camioneros, así que nos inventamos el término rig rock para describir lo que hacíamos”, explicaba Tepper.
Pero pronto decidió que se dedicaría a publicar singles de vinilo destinados a los jukebox de las paradas de camiones, grabados por artistas contemporáneos como The Blue Chieftains, Go To Blazes, Mumbo Gumbo y Angel Dean & The Zephyrs. Estos singles se recopilaron en los álbumes Rig Rock Jukebox (1992) y Rig Rock Truckstop (1993).
La tercera compilación, Rig Rock Deluxe. A Musical Salute To The American Truck Driver (1996), supuso un paso más al reunir a veteranos del género como Red Simpson, Del Reeves y Kay Adams con héroes del honky tonk (Buck Owens, Billy Joe Shaver), nuevos valores (Junior Brown, BR5-49) y rockers con raíces (Son Volt, Bottle Rockets) para interpretar versiones de temas clásicos y otros especialmente compuestos para la ocasión.
El álbum se abría con el clásico Truck Driving Man, con el veterano cantante texano Don Walser, especialista en yodel, y los coros de Kelly Willis, Rosie Flores, Toni Price y The Delevantes.
El creador del sonido Bakersfield, Buck Owens, aportaba Will There Be Big Rigs In Heaven, mientras que Red Simpson, autor de varios hits del rig rock, retomaba su Nitro Express con Junior Brown en un tremendo duelo de gargantas profundas.
Kelly Willis recreaba el Truckstop Girl de Little Feat con el líder de Son Volt, Jay Farrar, y este, al frente de su grupo, sonaba más country que nunca con su revisión del Lookin’ At The World Through A Windshield de Del Reeves. Descrito como el «Dean Martin del country», Reeves se asociaba con Jim Lauderdale en Diesel, Diesel, Diesel.






Otra pionera del rig rock, Kay Adams, unía sus fuerzas a BR5-49 en Mama Was A Rock (Daddy Was A Rolling Stone), y Billy Joe Shaver contaba en Mother Trucker la historia real de una mujer que dejó su matrimonio para aprender a conducir camiones.
El recopilatorio se completaba con las aportaciones de Steve Earle (con el White Freight Liner Blues de Townes Van Zandt), Nick Lowe (con el I’m Coming Home de Johnny Horton), The Yayhoos, Bill Kirchen, Cheri Knight, Marty Stuart y Bottle Rockets.
Para el final, una all-star con Dale Watson, Rosie Flores, Wayne Hancock, Toni Price, Kim Richey, Jon Langford, Lou Whitney y The Skeletons, recordando el himno Six Days On The Road de Dave Dudley.
En 2001 Diesel Only publicó el primer volumen de Truck Driver’s Boogie: Big Rig Hits 1939-1969, otro recopilatorio con lo mejor del género, en colaboración con la Country Music Foundation de Nashville.
Llegamos a la pregunta que muchos deben hacerse: ¿hay todavía artistas de country que le canten a los camiones? Pues sí, por ejemplo, los citados Dale Watson –con tres volúmenes de sus Truckin’ Sessions–, Bill Kirchen –antiguo guitarrista de Commander Cody And His Lost Planet Airmen y creador del dieselbilly– y Junior Brown –con temas como Semi-Crazy–.
Y es que, mientras existan los camioneros –y las camioneras, como la atractiva y cañera Jessica Samko de Shipping Wars (Transportes imposibles)–, seguirá habiendo cantantes que glosen sus aventuras en la carretera y sus trayectos de largo recorrido.