Si nos fiamos de las fotos, tenía un aspecto impresionante: pendientes en las orejas, pañuelo en la cabeza y un rostro curtido. Y más impresionante aún resultaba su voz, macerada en alcohol, tabaco o quién sabe qué, con la misma rugosidad que otros colegas de Nueva Orleans como Dr. John y Willy DeVille. Cuando se cumplen nueve años de su muerte, el 25 de noviembre de 2011, repasamos su carrera.
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