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Debuts gloriosos: Rosie Flores

Otro tesoro de Texas

La cantante y guitarrista texana pasó de sus orígenes en el rockabilly a formar parte del grupo de valientes que renovaron el country cuando el género se había perdido en el pop. Es la protagonista de otra entrega de la sección dedicada a recordar álbumes de debut memorables.

Dwight Yoakam, Lyle Lovett, Steve Earle y k.d. lang fueron los exponentes del neotradicionalismo que en los ochenta removió los cimientos del country. Pero no fueron los únicos: Rosie Flores también aportó su granito de arena a esa revolución.

Nacida en San Antonio, donde absorbió estilos como el tex-mex, el blues, el honky tonk y el rockabilly, tuvo en Elvis y Gene Vincent a sus primeros amores musicales, y cuando se trasladó a San Diego, formó The Re-Boppin’ Screamers, una banda de covers de damas del rockabilly como Wanda Jackson y Janis Martin.

Rosie con las Screamin’ Sirens en 1984. Foto: Bob Seidemann

Tras pasar por otros grupos como el combo femenino cowpunk Screamin’ Sirens, logró incluir la canción Heartbreak Train en el primer volumen del seminal recopilatorio A Town South Of Bakersfield (1985), y llamó la atención del productor Pete Anderson, colaborador habitual de Yoakam.

El resultado fue su debut Rosie Flores (1987) en el sello Reprise, un bombazo que la llevó a Nashville, y le valió la oportunidad de actuar en el Grand Ole Opry, ser nominada a la mejor nueva vocalista country y componer con los mejores autores.

La texana se había convertido en una estrella del country en Europa, pero en su país su estilo era considerado demasiado agresivo para la radio. Por eso, dejó Nashville y se estableció en Austin.

La portada del debut homónimo

Para recuperar como se merecía una de las gemas del neotradicionalismo, en 1996 Rounder reeditó su debut producido por Pete Anderson con un nuevo título, A Honky Tonk Reprise, con el añadido de seis canciones, grabadas entre 1986 y 1988, que debían formar parte de una secuela que nunca apareció.

A Honky Tonk Reprise demostraba que, si Rosie no hubiera tenido problemas con la radio, podría haberse convertido en una reina del country: en primer lugar, como baladista, con Somebody Loses, Somebody Wins y la genial God May Forgive You (But I Won’t) de Harlan Howard, con la pedal steel de Tom Brumley.

También con el honky tonk más ortodoxo (Crying Over You) o trepidante (Heartbreak Train) y con el country contemporáneo a lo Yoakam (Blue Side Of Town y Heart Beats To A Different Drum).

La reedición ampliada de 1996

Sin olvidar el tex-mex más delicioso (Midnight To Moonlight, con el acordeón de David Hidalgo), o rindiendo homenaje a sus héroes y heroínas, como Carl Perkins (Turn Around), Patsy Cline (Lovin’ In Vain) y Wanda Jackson (I Gotta Know).

Hasta aquí, las canciones que formaban Rosie Flores. En cuanto a los seis temas inéditos que completaban A Honky Tonk Reprise, eran realmente excelentes y fue un acierto el haberlos rescatado.

Habría sido lamentable que permanecieran en los archivos versiones como la de End Of The World de Skeeter Davis y del I’m Walking de Fats Domino, y poderosas muestras de blues-rock (Truck Driver’s Blues) y de bluegrass (One Track Memory).

Si no hubiera evolucionado hacia otros derroteros, obligada por la maquinaria de Nashville, Flores se habría convertido en una de las grandes damas del country. Como suele decirse en estos casos, ellos se lo perdieron.

¿Y después?

Tras su efímero paso por Reprise, Rosie fichó por Hightone y lanzó After The Farm (1992) –con temas coescritos con Guy Clark, Jimmie Dale Gilmore y James Intveld, entre otros– y Once More With Feeling (1993) –compartiendo autoría con Leroy Preston, Chip Taylor y Jason Ringenberg y con featurings de Joe Ely y Katy Moffatt–, ambos coproducidos por Greg Leisz y Dusty Wakeman.

Mención especial para Rockabilly Filly (1995), un homenaje a sus predecesoras en el que participaron las pioneras Wanda Jackson y Janis Martin y en el que abordaba temas de sus invitadas, además de otros de Lefty Frizzell, Patsy Cline y Gene Vincent.

Con otro veterano del rockabilly, Ray Campi, publicó A Little Bit of Heartache (1997), al que seguiría Dance Hall Dreams (1999), grabado en directo en un club de San Antonio, en el que era descrita como Reina de los honky tonks, y donde adaptaba Funnel Of Love (Wanda Jackson).

Hasta llegar a Speed Of Sound (2001), otro hito importante en su carrera con el que emprendió nuevos caminos y experimentó con otros estilos. “Este disco abre una nueva dirección para mí”, reconoció.

En su empeño, contó con la valiosa colaboración del productor y guitarrista Rick Vito (con clientes como Bonnie Raitt, John Fogerty y Jackson Browne), quien aportó el equilibrio perfecto entre el sonido de las guitarras y las voces.

Una nueva dirección

Speed Of Sound fue su disco más sofisticado. Sus fans encontraron los frenéticos temas rockabilly que esperaban de ella: los acelerados Rock-A-Bye Boogie de The Davis Sisters (con un tremendo duelo de guitarras y los coros de Mandy Barnett y Gail Davies) y el Hot Dog de Buck Owens (con el multinstrumentista Greg Leisz).

Tampoco faltaba el honky tonk más ortodoxo, como el I Push Right Over de Robbie Fulks (con un magnífico estribillo casi pop), y el trotón Country Boy de Johnny Cash. Aunque el máximo interés del álbum residía en los temas en los que demostraba su crecimiento como exquisita vocalista, al abordar sonidos blues y sensibilidades jazz.

Así podíamos oír la torch song popularizada por Billie Holiday Don’t Know If I’m Comin’ Or Goin’ (sensual e inocente a la vez), el delicioso y pícaro swing Somebody’s Someone (con el violín de Tammy Rogers), y ese latinizado Devil Love (casi un guiño al Amado mío, de nuevo con Rogers).

Su versatilidad quedaba también de manifiesto en Don’t Take It Away (con ritmo al estilo de Bo Diddley), en el lánguido Speed Of Sound, y en la versión del Somewhere Down The Line de Marshall Crenshaw.

Según Rosie, “debes explorar y expresarte en colores distintos. Estoy refinando mi sonido, no redefiniéndolo”. No hacía falta que se justificara: lo cierto es que grabó su mejor disco en mucho tiempo.

En diversos sellos, después llegaron el acústico en solitario y en directo Single Rose (2004) –con aportaciones puntuales de Tammy Rogers y James Intveld, y la versión del Boxcars de Butch Hancock– y el navideño Christmasville (2005).

Un nuevo logro supuso su entrada en la escudería Bloodshot, con Girl Of The Century (2009), producido por Jon Langford y con The Pine Valley Cosmonauts, con versiones de Ruth Brown, Jimmy Reed y Johnny Cash, y Working Girl’s Guitar (2012), con covers de Janis Martin, Bobby Vee, Lavelle White y The Beatles.

En su trabajo más reciente, Simple Case Of The Blues (2019), se centró más en el blues. Coproducido por Charlie Sexton y Kenny Vaughan, abordaba material de Roy Brown, Ruth Brown, Wynona Carr, Wilson Pickett y… Dwight Yoakam.

Actualmente cuenta con dos proyectos: el grupo de rock’n’roll Rosie Flores & The Talismen –con el single So Sad (To Watch Good Love Go Bad) / I’ve Got A Right To Cry (2021)– y el combo de jazz The Blue Moon Jazz Quartet.

Con Pete Anderson, Roy Orbison y Dwight Yoakam: dream team

Entre sus logros personales, encontramos una gira con su admirada Wanda Jackson en 1995, otra como componente de Asleep At The Wheel en 1997 y un concierto de tributo a Janis Martin.

Además, ha colaborado en discos de Joe Ely, Tom Russell, Dave Alvin, Chris Gaffney, Country Dick Montana, Texas Tornados, Howe Gelb, Alejandro Escovedo, The Pine Valley Cosmonauts, Wanda Jackson, Charlie Louvin, $olal, Katy Moffatt y Tish Hinojosa.

Y ha participado en los álbumes colectivos Tulare Dust. A Songwriter’s Tribute To Merle Haggard (1994), Rig Rock Deluxe. A Musical Salute To The American Truck Driver (1996), Dressed In Black. A Tribute To Johnny Cash (2002), Caught In The Webb. A Tribute To The Legendary Webb Pierce (2002), Hard-Headed Woman. A Celebration Of Wanda Jackson (2004), Por Vida. A Tribute To The Songs Of Alejandro Escovedo (2004) y This One’s For Him. A Tribute To Guy Clark (2011).

Rosie Flores ha actuado en nuestros escenarios en varias ocasiones: por ejemplo, en el Blues & Ritmes de Badalona en 2004, en el High Rockabilly de Calafell en 2006, y de nuevo en el Blues & Ritmes en 2017, con un concierto conjunto con el guitarrista catalán Mario Cobo y la Barcelona Big Blues Band, dirigida por Ivan Kovacevic.

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